Esta es una página para difundir la Doctrina Católica. El nombre es redundante porque no existen templarios no católicos, pero dado que masones y delirantes de todos los colores han acaparado el nombre, se ha hecho necesario el adjetivo.

domingo, 28 de septiembre de 2008

HOMOSEXUALIDAD

HOMOSEXUALIDAD
LOS QUE LA PADECEN
LOS QUE LA PROMUEVEN


R.P.Brian Moore



1- INTRODUCCIÓN
2- DEFINICIÓN Y TÉRMINOS
3- CAUSAS
4- CLASES
5- CONSECUENCIAS
6- VALORACIÓN MORAL
7- MEDIOS PARA VENCERLA
8- LA PROPAGANDA
9- LEGISLACIÓN
10- BIBLIOGRAFÍA



1)- INTRODUCCIÓN

“Antes, en esta Isla, la homosexualidad estaba prohibida; ahora está permitida; yo me voy antes de que la hagan obligatoria”
Esta frase enuncia en forma jocosa una triste realidad: en la actualidad no solo se quieren mostrar las prácticas homosexuales como algo natural, sino que también se quiere hacer callar por la fuerza -de la ley- a todo aquel que objete tal premisa. Más grave aun: se le ha dado un encuadre jurídico a tales prácticas con el “casamiento” gay y el derecho a la adopción.
En este tema, como en el de divorcio y el aborto, se utiliza un lenguaje inteligente para arrastrar la masa al error. Se busca llegar al cerebro a través del corazón. Y entonces así como los que rompieron su vínculo matrimonial tienen derecho a “rehacer su vida”; como la mujer “tiene derecho a disponer de su cuerpo” (=aborto); existiría también el derecho –en nombre del “amor”- a una sexualidad desviada, aun cuando sea contra natura.
En este opúsculo prescindimos absolutamente de juzgar las intenciones y los móviles de las personas implicadas en estas prácticas. Y ciertamente distinguimos, desde ya, las personas que sufren y combaten esta tendencia, de aquellas que se jactan de ella. Pero queremos ayudar a nuestros fieles a discernir la gravedad del mal, tanto desde el punto de vista natural como de la moral cristiana. Por eso vamos a dejarle la palabra a los especialistas en el tema y nos apoyaremos, claro, en el Magisterio de la Iglesia.



2)- DEFINICIÓN Y TÉRMINOS EMPLEADOS

a- El término “homosexual” tiene en su raíz la palabra “homo”, del griego = “igual” (no hay que confundir con el término latino = “hombre”). Por eso el término homosexual se refiere tanto a hombres como a mujeres.
El término lo empleó por primera vez (en 1869) Karl María Kertbeny en un panfleto anónimo apoyando la revocación de las leyes contra la sodomía en Prusia. Posteriormente , en 1886, el libro “Psychopathia Sexualis” de Richard Freiherr von Krafft-Ebing popularizó el concepto.
Sinónimo de homosexual es “sodomita”. El término proviene de Sodoma, la ciudad bíblica castigada por practicarse allí pecados contra natura

“Se llama homosexual a la persona que siente atracción erótica hacia las personas de su mismo sexo, pero que se sabe miembro de su sexo; a diferencia del transexual que se siente atraído hacia las personas de su sexo, pero que se cree miembro del sexo complementario y que por lo tanto también cree que está erróneamente en ese cuerpo” (Dra. María C. Morales Peralta)

b- El término “gay” viene del inglés y significa “alegre”, “festivo”, calificativo en el que subyace el falso concepto de “vida feliz” como algo inherente a la condición homosexual. Se aplica especialmente a los homosexuales hombres.
c- Cuando el homosexualismo tiene lugar entre mujeres, se suele hablar de “lesbianismo”. El término viene de la Isla de Lesbos (Grecia) porque allí vivía la poetisa Safo, la cual habría practicado el homosexualismo.

3)- CAUSAS
Los autores discuten acerca del origen de las tendencias o conductas homosexuales. : ¿Nacen, los hacen o se hacen? Se pueden reducir a tres tipos de causas:
3.1. Biológicas
3.2. Psicológicas
3.3. Morales

3.1. Biológicas

Vamos a exponer en primer lugar el pensamiento de los que dicen que el homosexualismo no tiene ningún asidero en lo biológico o genético y luego la argumentación de aquellos que piensan la homosexualidad como algo inevitable porque “Genio y figura desde la cuna hasta la sepultura”


En contra:

3.1.1. El factor genético

1. “Las hipótesis biológicas, en las que desde antiguo tanto se esperaba, han resultado en la práctica desestimadas. La apelación a posibles factores genéticos ha resultado, hasta hoy, irrelevante”

“Las investigaciones endocrinológicas han puesto de manifiesto la importante función desempeñada por las hormonas sexuales gonadales sobre el desarrollo y organización del sistema nervioso durante la vida fetal -diferenciación sexual del cerebro-, pero sin que de ello pueda derivarse ningún resultado adicional que sea útil a la explicación de la homosexualidad. Por otro lado, en las numerosas y sofisticadas pruebas analíticas hormonales diseñadas, resulta imposible descubrir entre homosexuales y no homosexuales diferencias que sean relativamente significativas.” (Dr.Aquilino Polaino-Lorente)


2. “Los partidarios del criterio de que es una condición sostienen la teoría de que esta condición se posee por razones biológicas que pueden ser establecidas por los genes. Pero si esto fuera cierto, los gemelos tendrían siempre la misma orientación sexual. Sin embargo, hay numerosos casos de gemelos que no son idénticos en su orientación sexual; especialmente los que, por haber crecido separados, han recibido distinta educación.
Otros consideran que la homosexualidad está condicionada por factores hormonales. Pero la mayoría de los homosexuales tienen todos los niveles de hormonas en la normalidad. Aunque se puede dar el caso que las personas que sufren enfermedades con desequilibrio hormonal, como los varones con pérdidas de la función de los testículos desde niños, pueden llegar a ser un "caldo de cultivo" para ser reclutados por homosexuales militantes. Sin embargo, si son educados como varones, no caen en el homosexualismo, aunque sus niveles hormonales no sean normales.” (Dra. María C. Morales Peralta)

3. “En cromosomas, hormonas sexuales y constitución física los homosexuales son normales” (Dr. Gerard J.M. Van Den Aardweg)

4. El Doctor Segú pasa revista a algunos estudios hechos al respecto y concluye: “Las conclusiones que se sacan de todas estas experiencias son que en la etiología de la homosexualidad pareciera no tener mayor importancia graves anomalías de los cromosomas sexuales y que con los métodos que se disponen en la actualidad no es posible hallar diferencias cromosómicas al comparar individuos heterosexuales y homosexuales”

5. Otros dejan la puerta abierta a posibles descubrimientos médicos, pero dicen que hoy día no existe ninguna evidencia científica de que la homosexualidad tenga base genética o médica. Los estudios que se han hecho hasta el momento son tendenciosos y no son suficientemente sólidos.
En 1992 se quiso establecer qué fundamento puede tener la hipótesis médica. “En dicha investigación, llevada a cabo por computadoras, se estudiaron más de 3,400 artículos publicados desde 1975 hasta ese año en búsqueda de las causas biológicas, genéticas y hormonales de la homosexualidad. Solamente en dos de esos artículos, ambos muy especulativos, se intentaba identificar la causa de la homosexualidad como algo de índole genético, biológico, hormonal o neurológico” (Dra. Dawn Siler)

6. Los terapeutas Masters y Johnson afirman en su obra “Human Sexuality”: “La teoría genética de la homosexualidad ha sido en general descartada hoy día”; “a pesar del interés en posibles mecanismos hormonales en el origen de la homosexualidad, ningún científico serio hoy sugiere que pueda existir una simple relación de causa y efecto” (p.319-320)

Por eso se afirma en otro trabajo: “Lo más que se puede decir es que pudiera existir alguna base genética, hormonal, neurológica o cerebral que predispone a la homosexualidad. Esta pudiera inclinar a unas personas más que otras al homosexualismo, pero no obligarlas a practicarlo”.


3.1.2. El factor hormonal
“Refiriéndonos al factor hormonal puede afirmarse que no se ha conseguido establecer una relación entre el nivel de excreción de hormonas y la elección del objeto sexual. Además pudo comprobarse que no existe antagonismo entre el sexo cromosómico y el sistema endocrino en los homosexuales”
“Los intentos tendientes a relacionar las hormonas con la homosexualidad dieron reiteradamente resultados negativos. Las experiencias comprueban que los homosexuales no presentan alteración endocrina alguna que justifique su conducta sexual” (Dr. Héctor Segú)

Por el contrario: “…A la producción hormonal de la placenta le cabe la importantísima y trascendental competencia de dirigir la diferenciación sexual y cerebral del embrión que está en el claustro materno. Este es un hecho demostrado desde el año 1966, y no sólo para la especie humana, sino para los mamíferos superiores, que arroja un saldo de publicaciones anuales de entre 1.200 y 1.700 según cada año.
Desde el año 1976 a la actualidad este hecho no ha sido más que probado y verificado una y otra vez. Esto significa que el cerebro del embrión se estructura, autoconstituye y configura de modo diverso, según sea varón o hembra, en función del influjo de las hormonas que produce la placenta.
Una vez producido el parto las hormonas ya no dirigirán el comportamiento ni la mayoría de las facultades y funciones de la persona, sino que lo hará el sistema nervioso central, previamente diferenciado.” (Dr. Polaino)


A favor:

1. En 1991 el Dr. Simon Le Vay, que se declaró homosexual, publicó un estudio en la revista Science en el cual mostraba diferencias en los cerebros de hombres homosexuales y heterosexuales.
Sin embargo, dicho estudio adolecía de ciertas deficiencias importantes:
En primer lugar, Le Vay utilizó solamente 41 cadáveres en su estudio, una muestra muy pequeña para una investigación científica de esta índole.
En segundo lugar, todos los homosexuales del grupo estudiado habían muerto de SIDA o de complicaciones relacionadas con esta enfermedad, la cual puede afectar el tejido cerebral. Más aún, Le Vay no estaba seguro si el resto del grupo era de verdad heterosexual, sino que asumía que lo era.
2. En otro estudio, los doctores Allen y Gorski de la Universidad de California en los Angeles también alegaron una supuesta conexión entre el homosexualismo y la estructura cerebral. Sin embargo, admitieron que un porcentaje significativo de los cerebros analizados pertenecían a víctimas de SIDA, enfermedad que puede afectar el tejido cerebral
3. Otra investigación, conducida por los científicos Bailey y Pillard, intentó mostrar el origen genético del homosexualismo por medio del estudio de mellizos homosexuales. Pero como ha señalado Ann Fausto Stirling, bióloga de la Brown University: "Para que estudios como éste tengan sentido, habría que estudiar a mellizos que han sido criados aparte. Se trata de una mala interpretación genética." Es obvio que los mellizos que son criados en el mismo hogar pueden tener las mismas experiencias familiares y ambientales y no sólo los mismos genes
4. La revista Time publicó un artículo sobre un estudio publicado en la revista Science, en el cual se alegaba que el origen de la homosexualidad se encuentra en el cromosoma X (el cromosoma proveniente de la madre). Los investigadores estudiaron 40 parejas de hermanos homosexuales y encontraron que 33 de ellas compartían 5 diferentes trozos de material genético agrupados alrededor de un área particular del cromosoma X. Pero, en el mismo artículo se admite que, antes que las conclusiones sean aceptadas como definitivas, se necesita repetir este tipo de investigación. Además, el mismo artículo señala que los investigadores admiten que su "descubrimiento" no puede explicar otros tipos de homosexualidad masculina que existen. Por último, dichos investigadores también admiten que, en los casos estudiados por ellos, el material genético en cuestión puede simplemente estar asociado a la homosexualidad en vez de ser su causa directa

(En apéndice insertamos un extracto de una ponencia del catedrático de Genética Nicolás Jouve de la Barreda, en la que explica con precisión este asunto)


5. Respecto a la alteración genética Blázquez cita dos casos:
- Síndrome de Turner XO
- Síndrome de Klinefelter XXY: cuando un óvulo XX es fecundado por un esperio Y, el resultado inevitable es XXY. Debido a la presencia de otro cromosoma X, se obstaculiza el desarrollo normal del Y. Estas personas suelen tener órganos sexuales raquíticos, mamas bastante desarrolladas y musculatura con rasgos muy femeninos. Casi siempre son estériles por falta de células capaces de producir espermio” (p.481)
“las víctimas del síndrome de K. son carne de cañón para la prostitución masculina” (p.482)

6. Existe el fenómeno del “hermafroditismo”: composición genética normal pero con tejido ovárico o testicular dando lugar a una apariencia externa dual que puede inclinar hacia la dualidad sexual.
Pero generalmente hay una clara prevalencia de uno de los sexos y alguna presencia del otro sexo en un resto de órgano claramente atrofiado.
“La solución del problema en estos casos, de acuerdo a la doctrina moral y la práctica médica, implica, después de determinar cuál es el sexo prevalerte, la extirpación quirúrgica de lo que no corresponda a tal sexo con los ajustes necesarios para una conformación anatómica normal, reforzando ulteriormente con tratamiento hormonal correlativo” (Mons.Rodolfo Nolasco)

7. Transexualismo: transexual es la persona que piensa estar en un cuerpo equivocado; tiene cuerpo de hombre, pero piensa y siente como mujer. (El homosexual, en cambio, acepta su cuerpo, pero hace un uso desviado de él.)
Generalmente se da entre varones.
Desde el punto de vista cromosomático no cabe duda acerca de su sexo y ellos lo saben. Los transexuales buscan por lo tanto cambiar su cuerpo a través de operaciones. Blázquez expone el procedimiento con cierto detalle. A nosotros nos interesa por el momento, su valoración moral:
“…En cuanto a las técnicas de cambio de sexo pienso que esas intervenciones quirúrgicas descritas son una farsa de psiquiatras y cirujanos. Ellos mismos reconocen que la transexualidad no se cura con esas extravagantes intervenciones médicas. Ni el conflicto de personalidad ni las tendencias depresivas subyacentes desaparecen después de la cirugía. Realmente lo que se hace es castrar brutalmente a los pacientes y someterlos a un tratamiento hormonal antinatural. Castración que se agrava con un engaño supino. Los nuevos órganos sexuales incorporados son falsos…” (Blázquez, p.486-7)


3.2. Psicológicas

3.2.1. Muchas instituciones ya no consideran la homosexualidad como enfermedad:
a)- En EEUU:
* En el año 1973 la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), cediendo a las presiones del lobby gay, retiró la homosexualidad de la sección “Desviaciones sexuales” del “Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-II)
Robert Spitzer, que luego cambió de postura, estimaba en ese momento que debía excluirse la homosexualidad de dicha lista porque para ser considerada un desorden psiquiátrico “debe producir regularmente angustia subjetiva o estar asociada regularmente con algún deterioro en la efectividad o funcionamiento social”. Como en algunos homosexuales no se dan tales características, al menos en apariencia, parecía conveniente excluir el homosexualismo de dicha lista.
* En 1974 se la incluyó bajo el rótulo “Perturbaciones en la orientación sexual”; luego, llamada en el DSM-III: “Homosexualidad egodistónica”; en 1986, en el DSM-III-R fue borrada también dicha categoría. Ahora se habla de “Trastornos sexuales no especificados”
b)- La Organización Mundial de la Salud (OMS), excluyó la homosexualidad de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades en 1990
c)- Lo mismo hizo Gran Bretaña en 1994; Rusia en 1999 y China en el 2001

3.2.2.. El Dr. Polaino-Lorente nos explica la génesis paulatina de las tendencias homosexuales. A continuación exponemos en resumen su pensamiento:

“Entre las recientes teorías, las hipótesis conductistas son las que, sin duda alguna, han sido mejor acogidas en el ámbito de la psicología. Estas hipótesis postulan que la conducta y la orientación homosexual es algo aprendido, en función de la exposición a ciertos factores que al fin resultan determinantes”

Luego explica que la homosexualidad se arraiga en tres etapas:
a- Etapa de sensibilización
b- Etiquetado
c- Asunción de la homosexualidad

a)- Etapa de sensibilización
En la niñez/adolescencia el niño puede tener gustos, preferencias, que no serían, en principio, propios de su sexo. P.ej: el hecho de que a una niña le gusten los juegos brutos. Ahora bien, no hay que ver en ello un peligro, porque pueden ser cosas pasajeras o que no tienen ninguna relevancia en cuanto a la masculinidad o femeneidad. P.ej: si a un niño mostrara gusto por la cocina, no significaría ello que vaya a ser maricón. De hecho, los más grandes chefs son hombres. La cuestión es que “si se marcan en exceso las diferencias que se dan en su comportamiento, respecto de sus iguales del mismo género, lo que aparecerá en ellos será una cierta conciencia de que son diferentes.”
Otras veces el que se percibe diferente es el joven mismo, aun por cosas que no son importantes. Pero ello “comienza a marcar y teledirigir a ese niño o niña hacia una posición en la que es muy difícil luego la ‘autoconstrucción’ de sus respectivas masculinidad o feminidad”.
“Ante esta situación de pensar y experimentarse como diferente caben al menos en esta etapa, tres posibilidades distintas:
1- Negación: “no soy tan diferente, lo que pasa es que no juego al fútbol. Sin embargo, al día siguiente volverá a hacerse la misma pregunta.
2- Pensar que es algo pasajero
3- Comenzar a dudar y a discutir consigo mismo acerca de si será aceptado o no, tal como es.


La niña marimacho
1- Expresar en más de una ocasión su deseo de ser niño
2- Relacionarse con un grupo de compañeros donde predominan los varones
3- Mostrar preferencia por vestir prendas tradicionalmente consideradas masculinas, a la vez que rechazo por vestir ropa femenina (polleras, medias, etc.)
4- Pérdida de interés por juegos de niñas como las muñecas, y en cambio, sí por los más bruscos (tirarse por el suelo, etc.)

El niño afeminado
1- Preferencia por actividades más bien sedentarias, reposadas
2- Especial sensibilidad ante la percepción de la belleza física por parte de los adultos, que suelen comportarse ante el niño como si se tratara de una niña.
3- Animación y estímulo por parte de la familia, durante la etapa preescolar, hacia la manifestación de conductas específicamente femeninas.
4- En el mismo sentido y en la misma etapa: ser vestidos o tratados como una niña, por parte de los padres o por otras personas que por ser consideradas como modelos, son claves para la propia identidad sexual.
5- Ausencia de un hermano varón mayor (modelo para el niño). A la vez: actitudes de rechazo por parte del padre.


Actitudes de los padres
Madres:
- sobreprotección
- indiferencia
- atención excesiva y alabanza exagerada de determinados rasgos que sirven para la identificación de la belleza física.
Padres:
• indiferencia
- ausencia de interacción (por pasar mucho tiempo fuera de casa o por falta de dedicación)
- rechazo encubierto: el padre ofrece casi toda su atención al hijo mayor;
• manifiesto: el padre desaprueba, fustiga o corrige continuamente el comportamiento del niño.

b)- Etiquetado
En el colegio: un niño ve que su compañero es un tanto diferente, p.ej., porque no le gusta el fútbol, por la manera de sentarse, de hablar, y comienza a llamarlo maricón. Poco a poco se suman los demás compañeros
Los padres: . Y para colmo, al llegar a la casa y comentar algún día lo que está pasando, el padre le dirá: ¿No le rompiste la cara? (Aunque la madre se halla limitado a ir a hablar con la maestra). Y eso será decisivo para el niño.
Él mismo:
- Como no reaccionó como el padre esperaba el sujeto mismo se comenzará a plantear seriamente si no será cierto que es homosexual.
- Para salir de la duda, en la adolescencia, buscará tener relaciones con una mujer. Pero como le falta experiencia y además está bloqueado, probablemente no pasará nada...
- Entonces probará en un medio gay. Si alguien conocido lo ve, no servirá más que para acrecentar y confirmar su fama de marica. Si conoce a un gay “que lo comprende”, que es afectuoso, y se siente bien, pensará que es de su raza.
(Lo mismo si un compañero le enseña a masturbarse: el agrado que experimenta lo relaciona con un varón.)
Le oculta a su familia el que frecuenta antros gay y eso lo lleva a vivir una doble vida, a vivir en la impostura.
El profesional: con su palabra autorizada dará el último golpe de martillo. Si al sujeto le quedaba alguna duda acerca de la “normalidad” de su conducta, será evacuada por el veredicto del psicólogo o psiquiatra.

Dice también algo muy interesante: La homosexualidad podría ser fruto de un espíritu obsesivo: no es que haya está destinado a ser homosexual y su idea se fijó alli hasta que se hizo carne, sino al revés: por ser un obsesivo terminó siendo homosexual. “... esto es muy frecuente, muchos de los supuestos homosexuales que consultan cuando adultos, son personas que han sido diagnosticadas de padecer trastornos obsesivo-compulsivos. Sólo que en ellos, aunque el trastorno obsesivo podía haberse manifestado a través de muy diversos contenidos, no obstante, ha incidido y se ha tematizado casi exclusivamente con estos pensamientos homosexuales.”

c)- Asunción de la homosexualidad
* “Se trata de establecer, de una vez por todas, un fuerte vínculo entre el estilo de vida y el comportamiento homosexual. Esto se manifiesta en centenares de detalles... “(forma de vestir, lenguaje y gestos, lugares que se frecuentan, etc.) “De esta suerte, comienza a descubrir en el nuevo estilo de vida homosexual adoptado, que hay también muchas cosas positivas, que es necesario asumir e identificarse con ellas... En cierto modo, es ésta una exigencia de su mundo interior, que no puede compartirlo del todo con sus amigos no homosexuales, entre otras cosas porque no lo entenderán. Y lo que no se comparte no une...”

* Otro factor importante: es la pertenencia a un grupo gay que le dará la fortaleza que no tendría como individuo (“el orgullo gay”)

3.2.3. Para la Doctora María C. Morales las posibles causas de la homosexualidad son todas de carácter psicológico, unas relacionadas con el ámbito social y otras propias del sujeto. Enuncia las siguientes:
- padre violento, alcohólico, hostil o distante; falta de la figura paterna por muerte o divorcio
- madre sobreprotectora; o al contrario madre que no transmite cariño adecuadamente
- timidez extrema (casi siempre fruto de limitaciones físicas)
- falta de identidad con iguales del mismo sexo
- abuso sexual o violación, etc

Adler la asocia a un cierto complejo de inferioridad
Stekel a miedo al otro sexo.


3.2.4. El doctor Robert Spitzer propugnó en 1973 a que se sacara de la lista de desórdenes mentales del Manual de diagnósticos de la Asociación de Psiquiatría de EEUU, a la homosexualidad como desorden psiquiátrico.
Aunque consideraba que los homosexuales pueden vivir felices y que deben ser respetados.
Pero en el año 2001, cambió su postura, y, en contra de muchos de sus colegas, afirmó:
* Se puede cambiar la orientación homosexual. No solo en cuanto a la conducta externa, sino también en cuanto a las fantasías
* Sin embargo, no todo sujeto cambiará en todo: identidad propia (perfil psicológico); conducta; tendencias; fantasías.
También afirma que gran parte de sus colegas se niegan a ayudar a un casado homosexual a cambiar sus tendencias. Le dirán: “Ud. no puede cambiar y no es ético; lo que yo puedo hacer es ayudarlo a que se sienta bien con su tendencia homosexual”


3.2.5. Dada la importancia de la formación en la niñez y adolescencia no habría que poner la educación de los hijos en manos de homosexuales, ya que, como dice Mons. Rodolfo Nolasco: “Muchos de los iniciados en esta conducta desordenada, han llegado a ella efectivamente conducidos por un docente inmoral e irresponsable, como lo refieren luego cuando quieren liberarse del vicio en que incurrieron por su inexperiencia y curiosidad, hasta entonces quizás sin malicia”.
Al excluir a los homosexuales de cargos en la enseñanza no se les hace ninguna injustita “como tampoco se aceptan como cajeros de banco a los ladrones, ni choferes a los ciegos o daltónicos, ni como policías a los asaltantes”


3.3. Morales
Las prácticas homosexuales son en muchos casos, simplemente, fruto de la corrupción personal. Así lo afirma la Sagrada Escritura.
“En la Sagrada Escritura están condenados como graves depravaciones e incluso presentados como la triste consecuencia de una repulsa de Dios” (“Declaración…”, n.8)

En el A.T.
- Sodoma, Génesis 18, 20: “Dijo pues, Yahvé, el clamor de Sodoma y Gomorra es grande, y sus pecados son extraordinariamente graves”
- Relaciones prohibidas, Levítico 18.22-23: “No te acostarás con varón como con mujer; es abominación” 20, 13: “El que se acueste con varón, como se hace con mujer; ambos dos han cometido abominación; mueran irremisiblemente; su sangre recaiga sobre ellos”
- Jueces 19.22-24.
- Erradicación de sodomitas, 1 Reyes 15.12 (véase 14.24).
- Vida de perdición, Job 36.14.

En el NT
- El homosexualismo consecuencia del ateísmo: “…Por lo cual los entregó Dios a la inmundicia en las conscupiscencias de su corazón, de modo que entre ellos afrentasen sus propios cuerpos. …Por esto los entregó Dios a pasiones vergonzosas, pues hasta sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza. E igualmente los varones, dejando el uso natural de la mujer, se abrazaron en mutua conscupiscencia, cometiendo cosas ignominiosas varones con varones, y recibiendo en sí mismos la paga merecida de sus extravíos…” (Rom.1.24-27. )
- Motivo de condenación eterna: “No sabéis que los inicuos no herederán el Reino de Dios? No os hagáis ilusiones. Ni los afeminados, ni los sodomitas… herederán el Reino de Dios” (1Cor.6.9-10.)
(Cf. 1 Tim. 1,10)

Querer minimizar o relativizar estas afirmaciones contundentes de la Sagrada Escritura va en contra del sentir de la Iglesia (aun cuando venga de parte de teólogos o clérigos…) Así nos advierte el documento eclesial “Atención Pastoral…”:
“Una de las dimensiones esenciales de una auténtica atención pastoral es la identificación de las causas que han creado confusión en la relación con la enseñanza de la Iglesia. Entre ellas se señala una nueva exégesis de la Sagrada Escritura, según la cual la Biblia, o no tendría nada que decir sobre el problema de la homosexualidad, o incluso le daría en algún modo una una tácita aprobación, o en fin ofrecería unas prescripciones morales tan condicionadas cultural e históricamente que ya no podrían ser aplicadas a la vida contemporánea. Tales opiniones, gravemente erróneas y desorientadas, requieren por consiguiente una especial vigilancia.” (n.4)


4)- CLASES

4.1. “No se puede hablar de homosexualidad en general. No se puede hablar de las personas homosexuales como si esa condición …
-…revistiera en ellas el mismo grado de intensidad,
- tuviera las mismas manifestaciones e
- implicara la misma irreversibilidad” (Belén Vendrell)

Se pueden distinguir tres categorías, según la motivación:
1. Homosexualidad “imaginaria” por dependencia afectiva. La atracción que se da es pasajera. Puede tener lugar sin haber sido seguida de ningún tipo de experiencias homosexuales. Afecta sobre todo a los varones adolescentes en períodos de inseguridad o depresión.
2. “Pseudo-homosexualidad” se da en aquellos en los que la tendencia tiene como motivo principal la dependencia afectiva o el dominio. La gratificación sexual es secundaria.
3. H. “manifiesta”. La gratificación sexual en sentido estricto. Esta es la más difícil de desarraigar

4.2. Por otro lado hay que distinguir al homosexual que cumple un papel activo de aquel que es pasivo (rol femenino). Aunque en la mayoría se combinan las dos facetas.



5)- CONSECUENCIAS
“Dios perdona siempre, el hombre a veces, la naturaleza nunca”

5.1. Provoca diversas enfermedades, especialmente el SIDA
La frase que citamos más arriba se cumple claramente en el mal uso de la sexualidad. El homosexualismo acarrea graves enfermedades, sobre todo, el SIDA.
Y aunque los homosexuales quieran negar o diluir esta verdad , el SIDA es provocado por las prácticas homosexuales. Es una epidemia mortal provocada por los homosexuales. Así lo acaba de afirmar Matt Foreman, director ejecutivo de la “Nacional Gay and Lesbian Task Force” (NGLTF), una de las organizaciones más fuertes y combativas de EEUU.
Y lo mismo dijo el año pasado Lorri Jean, Directora Ejecutiva del “Centro Homosexual y Lésbico” de Los Angeles, dirigiéndose a un grupo de militantes: “El VIH es una enfermedad homosexual. Acéptenlo. Póngale punto final”

Expliquemos por qué ocurre ello:

“Durante las relaciones heterosexuales el esperma normalmente no puede penetrar las paredes interiores de la vagina, ya que ésta está protegida por una mucosa especial para que los virus no penetren, además de que tiene múltiples capas. El recto, por el contrario, tiene sólo una célula de espesor y, además, por estar destinado a asimilar los últimos alimentos útiles, contiene vasos linfáticos extremadamente desarrollados, que reabsorben casi todo (incluso los medicamentos y los virus). Esta disposición no es peligrosa porque este conducto normalmente no se abre excepto para descargar su contenido sin dejar entrar nada. Sin embargo, cuando se hace un uso anti natural del mismo se le abre la puerta a muchos virus que normalmente no tendrían casi oportunidad de éxito. Esto se debe a que el esperma penetra fácilmente la pared del recto, rompiéndola o magullándola y produciendo daños inmunológicos. Esta práctica comúnmente produce entre los homosexuales, además de trauma en el recto, un gran intercambio de fluidos del cuerpo con un acceso casi directo de sustancias infecciosas al torrente sanguíneo. Debido a todo esto, las relaciones sexuales anales y otras prácticas (que por pudor no mencionamos aquí), son las formas de contacto sexual más eficientes de contagiar ciertos tipos de hepatitis, SIDA, sífilis y una serie de enfermedades que se trasmiten a través de la sangre. No es extraño que aún antes de la aparición del SIDA ya el 90% de los hombres homosexuales promiscuos estaban infectados de Hepatitis B y de otras enfermedades

Además, muchas de estas prácticas insalubres ocurren en sitios extremadamente anti higiénicos, como baños o espectáculos pornográficos. Y como cada año hasta el 25% de los homosexuales viaja a otro país, este dañino intercambio de gérmenes se produce en muchas partes del mundo

Otro factor que agrava la trasmisión del SIDA y de otras enfermedades por contacto homosexual, es el número elevado de diferentes compañeros (aún anónimos) que tienen los homosexuales. Los estudios al respecto informan que el 43% de los hombres homosexuales admiten haber tenido relaciones sexuales con 500 hombres; el 28% con más de 1000 y los casi "monógamos" con 10 ó menos en toda su vida 16. La anomalía psicológica y la esterilidad de las relaciones homosexuales, caracterizadas por el autocentrismo y la búsqueda del placer sin responsabilidad, hacen que la "monogamia" entre homosexuales o lesbianas sea casi imposible

Si bien es cierto que los casos de SIDA están aumentando con más rapidez últimamente entre los heterosexuales, hay que tomar en cuenta que los factores biológicos y sociales relacionados con el homosexualismo crearon un contexto ideal, en EE.UU. y en otros países del primer mundo, para la trasmisión del SIDA hacia el sector heterosexual de la población. Una vez que el grupo de más riesgo (los homosexuales promiscuos), alcanzó su punto de saturación (un gran número de sus miembros ya están infectados y continúan siendo promiscuos entre ellos), una ola de infección contaminó a otros grupos de menor riesgo a través de hombres bisexuales y del uso intravenoso de drogas. Sin embargo, la población homosexual sigue siendo el grupo con mayor víctimas de SIDA en esos países. En 1992, el 83% de los casos de SIDA en hombres blancos de los EE.UU., tuvieron lugar entre los homosexuales y en Europa los hombres homosexuales constituyen más del 85% de todos los casos de SIDA

Las consecuencias negativas, tanto físicas como mentales, del estilo de vida de los homosexuales y las lesbianas, han dado como resultado un promedio de longevidad bastante más bajo que el resto de la población. Esto se debe no sólo al SIDA, sino a que los ataques al corazón, el cáncer, las fallas hepáticas y otras enfermedades y peligros (como el suicidio y los accidentes), son bastante más frecuentes entre ellos. Comparados con los heterosexuales, los homosexuales tienen 8 veces más propensión a contraer hepatitis; 14 veces más la sífilis y 5,000 veces más el SIDA. En efecto, un estudio reciente ha mostrado que menos del 2% de los homosexuales alcanzan los 65 años de edad. En cambio, en el resto de la población masculina la edad promedio para morir de un hombre casado era de 75 años y el 80% viven más de 65 años. Para los hombres solteros o divorciados la edad promedio era de 57 y el 32% alcanzó una edad mayor. Entre las lesbianas que murieron, la edad promedio era de 45 años y sólo el 26% murió de edad avanzada. En cambio, en el resto de la población femenina la edad promedio de muerte para las mujeres casadas era de 79 y el 85% alcanzó los 65 años. Para las mujeres solteras o divorciadas, la edad promedio de muerte fue 71 y el 60% alcanzó una edad mayor. El examen de la distribución por edades de los homosexuales en las publicaciones científicas, desde 1858 hasta 1992, sugiere un patrón similar de longevidad”

5.2. También acarrea trastornos psicológicos (hasta el suicidio) y adicciones diversas.
Fergusson et al. Encontraron que en una muestra de cohorte de nacimiento, los "gay", lesbianas y bisexuales tienen una tasa significativamente más alta de : Ideas de suicidio (67.9%/29.0%), Intentos de suicidio (32.1%/7.1%) y desórdenes psiquiátricos entre las edades de 14 y 21 - Depresión mayor (71.4%/38.2%), Neurosis de angustia (28.5%/12.5%), desórdenes de conducta (32.1%/11.0%), dependencia nicotínica (64.3%/26.7%), Abuso/dependencia de otras sustancias (60.7%/44.3%), Patologías múltiples (78.6%/38.2%) que la muestra heterosexual (p.876)
“Un número alarmante de hombres y mujeres homosexuales (31.96 %) están atrapados en un estilo de vida centrado en el alcohol” (Fifield)


6)- VALORACIÓN MORAL

Para la Iglesia Católica (y la sana moral):

Los actos homosexuales son intrínsecamente inmorales y la tendencia misma es gravemente desordenada.
(Aunque, evidentemente, quien siente la tendencia, pero no consiente a ella, no peca en modo alguno.)

Así lo explica el P.Fuentes, moralista:

“Están absolutamente desposeídos de la finalidad procreativa que es propia del acto sexual humano (y la cual no puede ser excluida voluntariamente: HV, 14).
Niegan la complementariedad entre el varón y la mujer, la cual está inscrita en la misma naturaleza: no sólo porque el varón y la mujer son complementarios genitalmente sino porque lo son también germinalmente (sus células sexuales son complementarias: óvulo y espermatozoo) y psicológicamente.
Niega la sabiduría creadora de Dios: pues al negar lo único que está explícitamente escrito en la naturaleza del hombre (la complementariedad entre el varón y la mujer), niega el plan de Dios en la creación.
Niegan la autodonación que es la razón última que legitima el uso del sexo. Ya que el acto homosexual es más búsqueda de autocomplacencia que autodonación.
Es un acto antisocial: porque no contribuye con la generación de nuevos hijos a la sociedad. El sexo se ordena a la perpetuación de la especie. Si la práctica homosexual fuera lícita y todos la practicasen equivaldría al suicido social. “

Esto es muy claro
“…Sin embargo, en la discusión que siguió a las publicación de la Declaración, se propusieron unas interpretaciones excesivamente benévolas de la condición homosexual misma, hasta el punto que alguno se atrevió incluso a definirla indiferente o, sin más, buena. Es necesario precisar, por el contrario, que la particular inclinación de la persona homosexual, aunque en si no sea pecado, constituye sin embargo una tendencia, más o menos fuerte, hacia un comportamiento intrínsecamente malo desde el punto de vista moral. Por este motivo la inclinación misma debe ser considerada como objetivamente desordenada.”

“Algunos sostienen que la tendencia homosexual, en ciertos casos, no es el resultado de una elección deliberada y que la persona homosexual no tiene alternativa, sino que está forzada a comportarse de una manera homosexual. Como consecuencia se afirma que ella, no siendo verdaderamente libre, obraría sin culpa en estos casos.” (“Atención pastoral…” n.11)

Algo similar decía ya la “Declaración…”: “ En nuestros días, fundándose en observaciones de orden psicológico, han llegado algunos a juzgar con indulgencia, e incluso a excusar completamente, las relaciones entre ciertas personas del mismo sexo, en contraste con la doctrina constante del Magisterio y con el sentido moral del pueblo cristiano” (n.8)



7)- MEDIOS PARA VENCERLA

7.1. Lo primero que se debe afirmar es que es posible curarse o corregirse de este mal.
Ya que hay algunos que, convencidos de que no hay nada que hacer, porque lo toman como determinación biológica, sostienen que no hay que molestar a los homosexuales. Otros, peor aun, convalidan la homosexualidad como una alternativa de vida.

La homosexualidad se cura (o se abandona) como lo afirman varios especialistas y lo ratifica el testimonio explícito de los involucrados.

Robert Spitzer, famoso investigador psiquiátrico de la Universidad de Columbia: “Estoy convencido de que muchas personas han hecho cambios sustanciales hasta llegar a ser heterosexuales… Creo que eso hace noticia…Empecé este estudio escéptico. Ahora afirmo que tales cambios pueden ser mantenidos” (NARTH 2000)
Bergler: "En poco menos de treinta años he concluído con éxito el psicoanálisis de cien homosexuales... y he visto cerca de quinientos casos en interconsulta. En base a la experiencia adquirida, puedo hacer una declaración firme que la homosexualidad tiene un pronóstico excelente en el tratamiento psiquiátrico-psicoanalítico de uno a dos años de duración, con un mínimo de tres sesiones por semana - siempre que el paciente realmente quiera cambiar. Un número considerable de colegas han obtenido éxito similar".
El profesor Van den Aardweg, licenciado en Psicología en Ámsterdam y conocido especialista en el tema, describe numerosos casos de curación.
“El problema de la homosexualidad es presentado en una injustificada atmósfera de fatalismo”

El Dr. Warren Throckmorton, médico del Grove City College, realizó múltiples estudios de personas que, mediando la correspondiente terapia, dejaron de ser homosexuales. El resultado de sus estudios fue publicado en “Professional Psychology: Research and Practice” y difundido en un artículo aparecido en la publicación oficial “American Pyshcological Association” (APA)

El Dr. Hatterer declara lo siguiente: “Yo he ‘curado’ a muchos homosexuales…Muchos de estos pacientes ‘curados’ (prefiero usar la palabra ‘cambiados’) se han casado, tienen familias y viven una vida feliz. Es un mito destructivo que ‘una vez homosexual, siempre homosexual’. Esto ha hecho, y hará en el futuro, millones de homosexuales convencidos. Y aun más, no solo yo sino muchos otros psiquiatras de prestigio (los doctores Samuel B. Hadden, Lionel Ovesey, Charles Socarides, Harold Lief, Irving Bieber, y otros) han reportado sus éxitos terapéuticos de homosexuales tratables”
Marmor: “Hay pocas dudas de que un cambio auténtico en la elección de objeto sexual puede darse, y de hecho tiene lugar en unos 20 a 50 % de pacientes homosexuales activos que buscan psicoterapia a ese fin”

También lo afirman Bieber, Cappon, Albert Ellis

Jeffrey Satinover, Doctor en Medicina y Filosofía dice estas esperanzadoras palabras:
“He tenido la gran suerte de haber encontrado mucha gente que ha logrado salir del ambiente homosexual de vida. Cuando veo las dificultades que han encontrado, el coraje que han demostrado, no solo al encontrar esas dificultades, sino al confrontar una cultura que usa todos los medios para negarle la validez de sus valores, metas y experiencias, me muevo a admiración… Son estas personas –previamente homosexuales, y todos aquellos que están luchando en este momento en América y en el extranjero- que me parecen un modelo de todo lo que hay de bueno y posible en un mundo que toma el corazón humano, y al Dios de ese corazón, muy en serio. En mis exploraciones en el mundo del psicoanálisis, la psicoterapia y la psiquiatría, nunca antes he visto curaciones tan profundas”.


7.2. Prevenir: es decir, tiene que darse un desarrollo normal del niño/-a en el ámbito familiar, escolar y social
Para la doctora María C. Morales para evitarla hay que remover las causas enunciadas anteriormente. Pero si ya el mal está hecho:
“Se debe buscar orientación profesional adecuada. No se debe aceptar nunca que la inclinación homosexual sea una opción más ni restar importancia a la situación. Por otro lado, no se debe dramatizar el problema, ya que ello puede llevar a situaciones contraproducentes. Tampoco se deben permitir las bromas ni las burlas sobre un tema tan delicado, etiquetar a un niño como homosexual, o permitir que se acepte como tal.”

7.3. Curar o cambiar:
La ayuda de la persona afectada debe venir del psiquiatra, del sacerdote, de la familia y eventualmente de algún grupo especial

Para poder cambiar, deben sentir la ayuda maternal de la Iglesia.
“Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que puedan encontrar a causa de su condición.
Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana” (Catecismo n.2358-59)

En cuanto desviación moral: la Iglesia invita a los fieles que tienen estas tendencias a recurrir a los medios tradicionales de santificación: sacramentos, oración, meditación, lectura espiritual, mortificación, dirección espiritual, sana amistad.

“Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que puedan encontrar a causa de su condición. Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyode una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana.” (Catecismo n.2359)
(Cf. “Atención pastoral…” n.12)


La Declaración de la Asoc. Méd. Cat. de EEUU da algunas pistas a los sacerdotes para comprender y ayudar a los homosexuales:
a) Las personas que experimentan atracción por el mismo sexo, o se confiesan de pecados en esta área, casi siempre tienen una carga de profundo dolor emocional, pena y resentimiento contra aquellos que los han rechazado, descuidado o herido, incluyendo sus padres, sus iguales y los que los hayan molestado sexualmente. Ayudándolos a perdonar puede ser el primer paso hacia la curación. (Fitzgibbons 1999103)
b) Individuos que experimentan atracción por los del mismo sexo a menudo cuentan una larga historia de experiencias sexuales tempranas, y traumatismos sexuales. (Doll 1992104) Es más probable que personas homosexuales activas se hayan visto envueltas en formas extremas de actividad sexual con otra persona a edad muy temprana. (Stephan 1973105; Bell 1981106) Muchos no le han contado a nadie sobre estas experiencias (Johnson 1985107) y llevan encima tremendo sentimiento de culpa y vergüenza. En algunos casos, aquellos que fueron abusados sexualmente se sienten culpables porque reaccionaron al trauma con comportamiento sexual. El sacerdote puede preguntar delicadamente sobre experiencias tempranas, asegurándoles que sus pecados son perdonados, y ayudándolos a encontrar liberación al perdonar a los otros.
Individuos envueltos en actividad homosexual pueden sufrir también de adicción sexual (Saghir 1973108; Beitchman 1991109; Goode 1977110) Aquellos que se envuelven en actividad homosexual se han envuelto también en formas extremas de conducta sexual o han recibido dinero por sexo. (Saghir 1973111) La adicción no es fácil de superar, recurrir frecuentemente a la confesión puede ser el primer paso hacia la liberación. El sacerdote debiera recordar al penitente que aún los casos más extremos de pecados en esta área pueden ser perdonados, alentándolos a resistir la desesperación y a perseverar, y al mismo tiempo sugerir algún grupo de apoyo que sirva para controlar la adicción.
Personas con atracción por el propio sexo con frecuencia abusan de alcohol, y de drogas legales e ilegales. (Fifield 1977112; Saghir 1973113) Tal abuso puede debilitar la resistencia a las tentaciones sexuales. El sacerdote puede recomendar ingresar a un grupo de apoyo que se preocupe de tales problemas.
Pensamientos de desesperación y de suicidio son también frecuentes en la vida de individuos afectados por atracción por el mismo sexo. (Beitchman 1991114; Herrell 1999; Fergusson 1999) El sacerdote puede asegurar al penitente que hay muchas razones para esperar que la situación va a cambiar y que Dios los ama y quiere que vivan una vida plena y feliz. Nuevamente, perdonar a los demás puede ayudar mucho.
Personas que experimentan atracción por el mismo sexo pueden sufrir de problemas espirituales tales como envidia (Hurst 1980) o autocompasión. (Van den Aardweg 1969) Es importante que el individuo que experimenta atracción por el mismo sexo, no sea tratado como si las tentaciones sexuales fueran su único problema.
La inmensa mayoría de hombres y mujeres que experimentan atracción por el mismo sexo reportan una pobre relación con sus padres (véanse las notas 17 a 23) El sacerdote, como figura paterna que los quiere y los acepta, puede a través de los sacramentos comenzar la labor de reparar el daño y facilitar una relación curativa con Dios Padre. El sacerdote puede también estimular la devoción a San José.
El sacerdote necesita estar al tanto de la profundidad de la curación que necesitan estas personas que tienen un conflicto muy serio. Tiene que ser una fuente de esperanza para los que desesperan, perdón para los que yerran, fortaleza para los débiles, ánimo para los pusilánimes, a veces una figura de padre amante, para los heridos. En suma, debe ser Jesús para estos hijos amados de Dios que se encuentran en una situación muy difícil. Debe ser pastoralmente sensible, pero también pastoralmente firme, imitando como siempre a un Jesús compasivo que curaba y perdonaba setenta veces siete veces, pero que siempre recordaba, "Vete y no vuelvas a cometer este pecado".


8)- LA PROPAGANDA

8.1. El plan siniestro de los gay
Vamos a dejarle la palabra a dos dirigentes del movimiento gay en EEUU, Marshall Kirk y Erastes Pill, que exponen claramente su plan de ataque, en un artículo titulado “Waging Peace: A Gay Battle Plan to persuade straight America” .
Sus objetivos se pueden resumir en tres etapas:
a- Insensibilizar y normalizar
b- Victimizar
c- Demonizar

a)- Insensibilizar y normalizar (lavado de cerebro)

«Creemos que lo primero es insensibilizar al público con respecto a los gays y sus derechos. Insensibilizar al público es ayudarle a ver la homosexualidad con indiferencia, y no ya con apasionamiento. Casi cualquier comportamiento empieza a parecer normal si se satura al público. El modo de entumecer la sensibilidad espontánea hacia la homosexualidad es que haya mucha gente que hable mucho sobre el tema en términos neutrales o favorables. Que se hable del tema continuamente da la impresión de que la opinión pública, al menos, está dividida, y de que un sector considerable admite o aun practica la homosexualidad. Incluso los enconados debates entre detractores y defensores sirven para insensibilizar, siempre que salgan a la palestra gays “respetables” que hablen a favor. Lo principal es hablar de lo gay hasta que el tema llegue a resultar tremendamente aburrido».

Para ello copar los medios de comunicación
«Dónde hablamos tiene su importancia. Los medios audiovisuales, el cine y la televisión, son claramente los más poderosos creadores de imagen en la civilización occidental. El hogar medio norteamericano consume siete horas diarias de televisión. Esto abre un portillo en el mundo privado de los heterosexuales, por el que se puede introducir un caballo de Troya. En lo que toca a quitar sensibilidad, el medio es el mensaje de la normalidad. Hasta ahora, el Hollywood gay ha resultado ser nuestra mejor arma secreta en la batalla por insensibilizar a la mayoría. Poco a poco, en los diez últimos años, se han ido introduciendo personajes y temas gays en los programas de televisión y en las películas. Ha sido, en conjunto, un proceso alentador».


b)- Victimizar: es decir, ponerse ellos en papel de víctimas, de perseguidos
«Hay que presentar a los gays como víctimas y no como revolucionarios agresivos. En toda campaña para ganarse al público, los gays deben aparecer como víctimas necesitadas de amparo, para que los heterosexuales se sientan espontáneamente inclinados a adoptar el papel de protectores. Si, por el contrario, se presenta a los gays como un grupo fuerte y orgulloso que promueve un estilo de vida rígidamente inconformista y desviado, entonces será más fácil que sean vistos como una amenaza pública, a la que estaría justificado resistir y reprimir. Por eso debemos vencer la tentación de hacer alarde público de nuestro “orgullo gay” cuando esto entre en conflicto con la imagen del gay como víctima».

c)- Demonizar y perseguir a todo aquel que se oponga a su causa
«En una fase posterior de la campaña por los derechos de los gays, habrá que arremeter contra los que todavía se opongan. Hablando claro: hay que vilipendiarlos. Aquí nuestro objetivo es doble. Primero, hemos de procurar cambiar su arrogancia en sentimiento de vergüenza y de culpa por ser homófobos. Segundo, hay que mostrar al público imágenes de homófobos acérrimos que tengan otros rasgos y creencias desagradables para el americano medio. Entre tales imágenes podrían estar: el Klu Klux Klan pidiendo que se queme vivos a los gays o se los castre; pastores fanáticos del sur que babean de odio histérico hasta el punto de que parezcan cómicos y trastornados; punkies, matones y criminales que hablen en tono amenazador y descarado de los “maricas” que han matado o les gustaría matar; un recorrido por los campos nazis donde se torturaba y gaseaba a homosexuales».

«Podemos minar la autoridad moral de las Iglesias homófobas presentándolas como retrógadas y anticuadas, desfasadas con los tiempos y los últimos descubrimientos de la psicología. Frente al enorme empuje de la religión institucional, hay que oponer el poder de atracción, aun mayor, de la ciencia y la opinión pública. Semejante no-santa alianza ha demostrado ser una buena arma contra las Iglesias en temas como el divorcio o el aborto. Si se habla abiertamente y en dosis suficientes de la prevalencia y respetabilidad de la homosexualidad, esa alianza puede volver a funcionar».

EN RESUMEN. Este texto nos parece de una claridad meridiana:
- Primero hay que lavarle el cerebro a la masa y hacerle creer que el homosexualismo es algo normal
- Segundo: si yo tengo derecho a ser homosexual (como ud. heterosexual: ¿Por qué me persiguen?)
- Tercero: Hay que levantarse contra esta injusticia; quejarse mucho en los parlamentos y en los medios de comunicación y finalmente, perseguir legalmente a todo aquel que se oponga a sus “derechos”

8.2. El trabajo de manipulación

8.2.1. La manipulación del lenguaje. La primera arma que tienen los activistas homosexuales es la palabra. Queremos decir, el uso mentiroso de los términos. Hablan de “preferencia u orientación sexual” como si la naturaleza humana fuera un tema libre de debate; disfrazan sus discursos con el bonito lema de los “derechos humanos” y tildan de “homofóbico” a aquel que quiere defender los valores morales y la ley natural.
Pero por más que se insista no se puede cambiar la naturaleza de las cosas.
“Un pollo no es un conejo no tradicional que es bípedo y con plumas”, como dice irónicamente Juan Manuel de la Prada.
8.2.2. La manipulación de las cifras. Los activistas homosexuales no sólo trabajan para imponer en la sociedad la idea de que su desviación es normal, sino que también inventan cifras para hacer creer a la gente que son multitud. Emplean, entre otros el famoso “Informe Kinsey”, según el cual el 10 % de la población sería homosexual. Pero el dicho informe ha sido ampliamente refutado.
La mayoría de los investigadores serios hoy en día están de acuerdo en que sólo el 2,5 % de la población podría ser homosexual.

Pero aunque sean pocos en número, son fuertes en recursos. Tienen a los medios de comunicación a su favor; políticos temerosos de echárselos en contra y sobre todo, dinero.

Al respecto dice Mons. Rodolfo Nolasco: “El espacio excesivo que le regalan los medios a las campañas de los grupos militantes del homosexualismo y los temas paralelos sobre transexuales, travestis, etc, con su presencia reiterada en la televisión, diarios y revistas crea en el subconsciente del público la impresión que se trata de un problema que afecta a un número muy grande de la población. Esa creencia más que un error es una mentira sistemática e interesada de quienes no saben o no pueden desprenderse de sus malas inclinaciones y prácticas viciosas y buscan excusas, atribuyéndolas a tendencias genéticas de un ‘tercer sexo’ o ‘género’, según les gusta decir”.

Leamos un elocuente y triste testimonio de lo ocurrido en EEUU, al comenzar a expandirse el SIDA:
David Horowitz, antiguo radical de la década de los sesenta, describe así la influencia de los homosexuales en control de la enfermedad:

"Los métodos agresivos de salud pública hubieran prevenido la expansión de la epidemia a otros grupos. Pero todo esfuerzo que se hacía para tomar las medidas de precaución necesarias era tergiversado por el inexorable poder político que el movimiento de liberación homosexual había logrado crear. Bajo una tremenda presión de los activistas homosexuales, el director de salud pública de la Ciudad de San Francisco rehusó cerrar las "casas de baño", manteniendo que estos eran valiosos centros educacionales sobre el SIDA, aún cuándo el único propósito de estos era facilitar las promiscuas relaciones homosexuales.
Por lo tanto, cuando los funcionarios trataron de instituir procedimientos de screening para los bancos de sangre de la nación, se le pidió a la comunidad homosexual que no hicieran donaciones de sangre mientras continuara la epidemia, pero los líderes políticos homosexuales se opusieron a estos procedimientos porque infringían el "derecho" de los homosexuales a donar sangre. El resultado de estas actitudes revolucionarias fue la difusión del SIDA entre los hemofílicos y algunos heterosexuales. Campañas similares se hicieron contra la realización de pruebas con la finalidad de conocer de dónde procedía el contagio -procedimiento estándar en campañas contra otras enfermedades de transmisión sexual- con lo que se consiguió esparcir el SIDA a las comunidades negras e hispanas, que ahora cuentan con más del 50% de casos conocidos."

8.2.3. La manipulación de la historia. Otro de los argumentos que utilizan es: los pueblos en la antigüedad practicaban la homosexualidad como algo normal. La que habría venido a aguar la fiesta (“gay”) es la Iglesia Católica con su estrechez mental. Pero hay que distinguir épocas y pueblos y no hacer afirmaciones apresuradas.

“…Mucho antes del nacimiento de la Iglesia católica, el ejercicio de la homosexualidad fue condenado por la opinión común y, como los estudios antropológicos demuestran, solamente durante un periodo del Japón antiguo, y en algunos pocos casos de tribus primitivas, la homosexualidad fue aprobada. En la antigua Grecia, durante la Edad de Oro de la Filosofía, la homosexualidad fue declarada contra la ley y se la castigaba severamente. A pesar de que algunos pretendan que en el texto de El banquete Platón defiende la homosexualidad, la verdad es que precisamente en el diálogo de El banquete es donde Platón, con su apasionamiento y su fuerza literaria, despliega, por boca de Sócrates, su discurso sobre lo que es el verdadero amor. Lo que sucede es que, para designar el amor, Platón emplea la palabra eros, que para los freudianos y en nuestro lenguaje coloquial nombra solamente el impulso sexual. No era así en Platón, porque para los filósofos griegos el objeto del erotismo era la posesión constante de lo bello, de lo que perfecciona. Sócrates y Platón no solamente no eran homosexuales, sino que estaban vehementemente opuestos a esta conducta. Hasta tal punto, que Platón, que fue víctima de sodomía por parte de un regente homosexual, condenó esta experiencia como la más degradante y humillante de su vida. Más tarde escribió con respecto a la homosexualidad: "¿Quién en su sano juicio podría promulgar una ley que protegiera tal conducta?". Cuando, en la época del deterioro de la civilización griega, algunos comenzaron a practicar la homosexualidad, el gran legislador persa Hamurabi declaró con desprecio que era "una mancha de la que ningún hombre podía limpiarse". (Rafael Termes, Miembro de la Academia de Ciencias Morales y Políticas)

Citan a grandes “hombres” de la historia, a artistas, etc, que fueron, real o supuestamente, homosexuales, para hacer un planteamiento del tipo “post hoc, propter hoc”. Pero, es evidente que, si fueron grandes pensadores, artistas o gobernantes, no fue a causa de su homosexualidad…
Y el hecho de que haya tenido lugar cierto tipo de comportamiento en un momento de la historia de la humanidad no implica –es obvio- de que haya sido moralmente correcto. La Ley del Talión fue superada por la Ley evangélica; ya no arrojamos desde un barranco a los niños deficientes como hacían los espartanos, etc.

8.2.4. La manipulación de la Iglesia. Queremos decir, hay traidores en el seno mismo de la Iglesia, clérigos o no, de buena o mala fe, ignorantes o nescientes, homosexuales ellos mismos o simplemente “comprensivos”; promotores fervientes y activos, o simplemente tontos útiles.

“Sin embargo, en la actualidad un número cada vez mayor de personas, aun dentro de la Iglesia, ejercen una fortísima presión para llevarla a aceptar la condición homosexual, como si no fuera desordenada, y a legitimar los actos homosexuales. Quienes dentro de la comunidad de fe incitan en esta dirección tienen a menudo estrechos vínculos con los que obran fuera de ella…
…Dentro de la Iglesia se ha formado también una tendencia, constituida por los grupos de presión con diversos nombres y diversa amplitud, que intenta acreditarse como representante de todas las personas homosexuales que son católicas. Pero el hecho es que sus seguidores, generalmente, son personas que, o ignoran la enseñanza de la Iglesia, o buscan subvertirla de alguna manera. Se trata de mantener bajo el amparo del catolicismo a personas homosexuales que no tienen intención alguna de abandonar su comportamiento homosexual. Una de las tácticas utilizadas es la de afirmar, en tono de protesta, que cualquier crítica o reserva en relación con las personas homosexuales, con su actividad y con su estilo de vida, constituye simplemente una forma de injusta discriminación.
En algunas naciones se realiza, por consiguiente, un verdadero y propio tentativo de manipular a la Iglesia conquistando el apoyo de sus Pastores, frecuentemente de buena fe, en el esfuerzo de cambiar las normas de la legislación civil.” (“Atención pastoral…”n.8 y 9)
“…Esta Congregación quiere pedir a los obispos que estén particularmente vigilantes en relación con aquellos programas que de hecho intentan ejercer una presión sobre la Iglesia para que cambie su doctrina, aunque a veces se niegue de palabra que sea así. Un estudio atento de las declaraciones públicas y de las actividades que promueven esos programas revela una calculada ambigüedad, a través de la cual buscan confundir a los Pastores y a los fieles. Presentan a veces, por ejemplo, la enseñanza del magisterio, pero sólo como una fuente facultativa en orden a la formación de la conciencia, sin reconocer su peculiar autoridad. Algunos grupos suelen incluso calificar como "católicas" a sus organizaciones o a las personas a quienes intentan dirigirse, pero en realidad no defienden ni promueven la enseñanza del magisterio, por el contrario, a veces lo atacan abiertamente” (n.14)

“Se deberá retirar todo apoyo a cualquier organización que busque subvertir la enseñanza de la Iglesia, que sea ambigua respecto a ella o que la descuide completamente. Un apoyo en este sentido, o aun su apariencia, puede dar origen a graves malentendidos. Una especial atención se deberá tener en la práctica de la programación de celebraciones religiosas o en el uso de edificios pertenecientes a la Iglesia por parte de estos grupos, incluida la posibilidad de disponer de las escuelas y de los institutos católicos de estudios superiores. El permiso para hacer uso de una propiedad de la Iglesia les puede parecer a algunos solamente un gesto de justicia y caridad, pero en realidad constituye una contradicción con las finalidades mismas para las cuales estas instituciones fueron fundadas y, puede ser fuente de malentendidos y de escándalo”. (n.17)


LOS INTERESES ECONÓMICOS
“Los intereses económicos han movido a los políticos a defender la cultura gay. Unas 500 empresas están dedicadas al colectivo gay, que dispone de sus propias revistas, empresas de servicios, editoriales, librerías o agencias de viajes. Esta irrupción del colectivo gay como fuente de negocio es también una forma de enviar un mensaje: Dinero es poder.” (Belén Vendrell)

Existe un tipo de gays a los que se llama “DINK” (Doble Income, No Kids) = Doble sueldo, sin hijos. Ellos gastan mucho más en ocio y en cuidado personal.



9)- LA LEGISLACIÓN

9.1. Respecto a las parejas
En todos los países donde existen activistas homosexuales se busca y se buscará que las leyes plasmen las siguientes exigencias:
1- Persecución legal a aquella persona o institución que no acepte como normal la tendencia homosexual (al menos quien intente expresar su pensamiento en forma verbal o escrita)
2- Obligación de aceptar en toda institución y ámbito de trabajo a la persona con dichas tendencias
3- Equiparación de las parejas homosexuales con el matrimonio heterosexual.
Ya está aprobado el “matrimonio” homosexual en los Países Bajos (2001), Bélgica (2002), España (2005), Canadá (2005) y Sudáfrica (2006). En EEUU, en el Estado de Massachusetts (2003)

Otros tipos de uniones entre personas del mismo sexo
Aparte del matrimonio, existen otras figuras que contemplan la convivencia de personas del mismo sexo:
Las uniones civiles otorgan a las partes muchos de los derechos y obligaciones que supone el matrimonio entre personas heterosexuales, aunque no las equiparan totalmente. Existen en 13 países europeos: Alemania, Andorra, Dinamarca, Finlandia, Francia, Islandia, Luxemburgo, Noruega, Reino Unido, República Checa, Suecia y Suiza. Las parejas formadas por personas del mismo sexo también tienen acceso a algunos derechos que las legislaciones reconocen al matrimonio en Australia, Austria, Colombia, algunas ciudades y estados de Brasil, Hungría, Israel, Nueva Zelanda, Portugal, así como en varios estados en los Estados Unidos (como Hawaii, New Jersey, Vermont y California) y en Argentina en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la Provincia de Río Negro y Villa Carlos Paz. El 9 de noviembre de 2006 fue aprobada por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal la Ley de Sociedades de Convivencia, que permite el reconocimiento legal de las uniones civiles entre homosexuales en la Ciudad de México; así como el Congreso del estado de Coahuila, México reconoció la unión de personas del mismo sexo llamandolo Pacto Civil de Solidaridad. El 7 de febrero del 2007 en Colombia, fue aprobada y reconocida los derechos patrimoniales en la decisión del fallo de la Corte Constitucional que equipa algunos derechos a las parejas heterosexuales y a quienes ya se les permite inscribirse en una relación conocida como unión libre para que puedan convivir dos años. En 2007 Uruguay pasó a ser el próximo país latinoamericano, en reconocer las uniones civiles en parejas del mismo sexo en todo el territorio nacional, despúes de Colombia.
En España, además de la legalización de los matrimonios entre personas del mismo sexo, existen leyes de parejas de hecho en Navarra, el País Vasco, Aragón, Cataluña y la Comunidad Valenciana.

4- Posibilidad de adoptar niños o derecho a la paternidad/maternidad mediante la fecundación in vitro ( si se trata de dos varones)
5- Implementación en las escuelas de programas de adoctrinamiento para lograr que los niños y jóvenes abracen las prácticas homosexuales.

En la Marcha del “orgullo gay” realizada en Washington el 25 de abril de 1993 se presentaron 55 “exigencias” para cambiar la legislación norteamericana en diversos ámbitos: familiar, religioso, escolar, militar, etc


El artículo II-8 de la Constitución Europea (16-XII-2004) establece el principio de no discriminación por las tendencias sexuales de una persona.

Un hecho nada desdeñable es la admisión de la “Asociación Internacional de Homosexuales y Lesbianas” en el Consejo Económico y Social de la ONU
EEUU y otras 21 naciones votaron a favor de darle status consultivo.
Entre las naciones hispanoamericanas votaron a favor: Argentina, Brasil, Chile, Cuba, México, Perú y España
La ONU y organismos similares, que trabajan por el control de la natalidad, ven en el homosexualismo un medio adecuado para tal fin.


9.2. Respecto a la adopción
Los homosexuales no se conforman con querer equiparar sus uniones con las normales, sino que quieren tener derecho a arrebatar el fruto de éstas. Por supuesto, una vez más van a utilizar la cantinela de la “no discriminación”. Pero en manera alguna se trata de discriminación. Discriminación sería un trato desigual no justificado. Pero no se discrimina al alcohólico al cual no se le permite ser chofer de un bus o al hombre que no tiene la altura adecuada ser jugador de básquetbol.

Las consecuencias negativas de la adopción por parte de homosexuales son evidentes:
1. ¿Cómo puede crecer sanamente desde el punto de vista psicológico y afectivo un niño que no tiene verdadero padre ni madre? No se puede alterar la naturaleza de un ser.
2. Está demostrado por estudios serios que dichos niños están cuatro veces más propensos a inclinarse por el homosexualismo
3. La falta de estabilidad de las parejas homosexuales, que incidirá inevitablemente en el desarrollo normal del niño.
4. La más alta tasa de suicidios de adolescentes norteamericanos tiene lugar entre los jóvenes con tendencias homosexuales.

“Un núcleo familiar con dos padres o dos madres es, desde el punto de vista pedagógico y pediátrico, claramente perjudicial para el armónico desarrollo de la personalidad y adaptación social del niño” (Asoc.Española de Pediatría)



9.3. La postura de la Iglesia
Está claramente expresada en el Documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe del año 2003.

9.3.1. Una ley positiva no puede ir contra la ley natural. Es una ley inválida. Y es preciso “obedecer a Dios, antes que a los hombres”
“No existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia. El matrimonio es santo, mientras que las relaciones homosexuales contrastan con la ley moral natural. Los actos homosexuales, en efecto, "cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso".(n. 4)
El Papa Juan Pablo II decía al respecto: “Lo que no es moralmente admisible es la aprobación jurídica de la práctica homosexual. Ser comprensivos con respecto a quien peca…no equivale a disminuir las exigencias de la norma moral”
9.3.2. Pero la Iglesia no se contenta con condenar una ley explícita que avale las uniones de parejas homosexuales, sino que le recuerda al Estado su obligación de custodiar el bien común y la moralidad de las costumbres. No puede asumir un rol simplemente pasivo.
“Por eso, es útil hacer intervenciones discretas y prudentes, cuyo contenido podría ser, por ejemplo, el siguiente: Desenmascarar el uso instrumental o ideológico que se puede hacer de esa tolerancia; afirmar claramente el carácter inmoral de este tipo de uniones; recordar al Estado la necesidad de contener el fenómeno dentro de límites que no pongan en peligro el tejido de la moralidad pública y, sobre todo, que no expongan a las nuevas generaciones a una concepción errónea de la sexualidad y del matrimonio, que las dejaría indefensas y contribuiría, además, a la difusión del fenómeno mismo. A quienes, a partir de esta tolerancia, quieren proceder a la legitimación de derechos específicos para las personas homosexuales conviventes, es necesario recordar que la tolerancia del mal es muy diferente a su aprobación o legalización.” (n.5)
9.3.3. Un ley inmoral promueve la inmoralidad; provoca la distorsión del sentido moral en el pueblo
“Se podría preguntar cómo puede contrariar al bien común una ley que no impone ningún comportamiento en particular, sino que se limita a hacer legal una realidad de hecho que no implica, aparentemente, una injusticia hacia nadie. En este sentido es necesario reflexionar ante todo sobre la diferencia entre comportamiento homosexual como fenómeno privado y el mismo como comportamiento público, legalmente previsto, aprobado y convertido en una de las instituciones del ordenamiento jurídico. El segundo fenómeno no sólo es más grave sino también de alcance más vasto y profundo, pues podría comportar modificaciones contrarias al bien común de toda la organización social. Las leyes civiles son principios estructurantes de la vida del hombre en sociedad, para bien o para mal. Ellas "desempeñan un papel muy importante y a veces determinante en la promoción de una mentalidad y de unas costumbres".(14) Las formas de vida y los modelos en ellas expresados no solamente configuran externamente la vida social, sino que tienden a modificar en las nuevas generaciones la comprensión y la valoración de los comportamientos. La legalización de las uniones homosexuales estaría destinada por lo tanto a causar el obscurecimiento de la percepción de algunos valores morales fundamentales y la desvalorización de la institución matrimonial.” (n.6)

9.3.4. También va en contra del bien común porque la pareja homosexual (como tal) no aporta nada positivo a la sociedad y, por el contrario, vive de ella.
- No es admisible que tengan los mismos derechos que un matrimonio. La familia es la base de la sociedad. Una pareja homosexual no puede contribuir a la propagación de la especie.
- Claro que puede recurrir a dos medios ilícitos:
- La fecundación artificial
- La adopción. De ello hablamos a continuación

9.3.5. Va en contra de los derechos del niño: derecho a tener un padre y una madre, como lo indica la naturaleza
“Como demuestra la experiencia, la ausencia de la bipolaridad sexual crea obstáculos al desarrollo normal de los niños eventualmente integrados en estas uniones. A éstos les falta la experiencia de la maternidad o de la paternidad. La integración de niños en las uniones homosexuales a través de la adopción significa someterlos de hecho a violencias de distintos órdenes, aprovechándose de la débil condición de los pequeños, para introducirlos en ambientes que no favorecen su pleno desarrollo humano. Ciertamente tal práctica sería gravemente inmoral y se pondría en abierta contradicción con el principio, reconocido también por la Convención Internacional de la ONU sobre los Derechos del Niño, según el cual el interés superior que en todo caso hay que proteger es el del infante, la parte más débil e indefensa.” (n.7)
A esto hay que sumarle el alto riesgo de abuso sexual infantil
Es interesante, al respecto, el testimonio de Dawn Stefanowicz. (Ver su pág. web más abajo)

9.3.6. ¿Qué debe hacer un político o legislador católico?
- Obviamente oponerse a la promulgación de tales leyes
- Si es inevitable su promulgación o ya se promulgó, buscar atenuar la nocividad de dichas leyes por otras menos malas. Claro que siempre debe quedar en claro su oposición, aun a esa ley menos mala. (Cf.n.10)





10)- CONCLUSIÓN

Esperamos que este opúsculo haya servido, aunque sea mínimamente, para llamar a la esperanza a los que padecen este mal; llamar a la conversión a los que se empeñan en abrazar ese género de vida y promoverlo; y llamar a todos a la reflexión acerca de los tiempos que nos toca vivir…





11)-BIBLIOGRAFÍA

MAGISTERIO

- “Declaración sobre algunas cuestiones de ética sexual” – Congregación para la Doctrina de la Fe” – 29-XII-1975
- “Carta sobre la atención pastoral a las personas homosexuales”- 1-X-1986
- “Algunas consideraciones concernientes a la Respuesta a propuestas de ley sobre la no discriminación de las personas homosexuales”- 24-VII-1992
- “Carta a los Presidentes de las Conferencias Episcopales de Europa sobre la resolución del Parlamento europeo en relación a las parejas homosexuales” – Pontificio Consejo para la Familia- 25-III-1994
- “Familia, matrimonio y uniones de hecho” – 26-VII-2000 (n.23)
- “Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales”. – Congregación para la Doctrina de la Fe. 3-VI-2003
- Catecismo de la Iglesia Católica – No.2357-59; 2396
- “Instrucción sobre los criterios de discernimiento vocacional en relación con las personas de tendencias homosexuales antes de su admisión al seminario y las órdenes sagradas” – Congregación para la Educación Católica- 4-XI-2005


LIBROS

Blázquez, Niceto. Bioética fundamental. Madrid, BAC, 1996
Mosso, Carlos José. Derecho, Moral y Vida. Bs.As., Cruzamante, 1997
Riechardt, M. Psiquatría General y Especial. Madrid, Gredos, 1958
Segú, Héctor. Conductas sexuales inadecuadas. Bs.As., Lumen, 1996.
Vainer, Oscar Arnoldo. Homosexualidad. Caracterología y tratamiento. Bs.As., López Libreros Edit., 1963
Van der Aardweg, Gerard J.M. Homosexualidad y esperanza. Eunsa, 1977


ARTÍCULOS y CONFERENCIAS
La inmensa mayoría han sido tomados de Internet, de los sitios que enunciamos más abajo.
Algunos de esos artículos y conferencias son los siguientes:

- “Homosexualidad: distorsión publicitaria…”- Mons.Rodolfo Nolasco, - Supl.Boletín AICA No.2116, 9-VII-1997
- “La persona no puede reducirse a sexo”- Entrevista al P. Georges Cottier, teólogo de la Casa Pontificia. 2-VII-2000
- “Homosexualidad y normativa jurídica”- C.Martínez de Aguirre, Catedrático de Derecho civil en la Universidad de Zaragoza
- “Homosexualidad y esperanza. Declaración de la Asociación Médica Católica de EEUU”.
- “Las personas homosexuales”. R.P. Juan de Moya, Doctor en Medicina
- “¿Se puede curar la homosexualidad? – Gerard J.M. Van Den Aardweg
- “Homosexualidad”- En Wikipedia
- “¿Qué enseña la Iglesia sobre la homosexualidad?” – P. Miguel Fuentes, VE-
- “Por qué Hollywood promueve la causa ‘gay’”- Michael Medved. (El art. resume su intervención en el Simposio “Homosexuality and American Public Life, organizado por el American Public Philosophy Institute en 1997)
- “Bioética y etiología de la homosexualidad” – Dr. Aquilino Polaino-Lorente. Catedrático de Psicopatología de la Universidad Complutense
- Comparencia en el Senado sobre la Ley de homosexuales del Dr. Aquilino Polaino
- “La recuperación de una terapia esperanzadora en los conflictos de identidad sexual” – Belén Vendrell Dra. COF Segorbe-Castellón- (Ponencia presentada en al Jornada sobre “La Homosexualidad: un reflexión científica y moral – Pontificio Instituto Juan Pablo II, Valencia – 24-XI-2001)
- “La cultura de la sexualidad invertida” – Patrick Fagan- Rev. “Catholic Workd Report” – Nov.1998, p. 56-63
- “La homosexualidad a la luz de la genética” – Nicolás Jouve de la Barreda (Catedrático de Genética). Ponencia en la Jornada sobre Homosexualidad. Instituto Pontificio Juan Pablo II- 24-XI-2001
- “200 Subjects who claim to have changed their sexual orientation…” – RL Spitzer, MD. – 9-V-2001
- “Adopción por homosexuales: ¿Qué interés prevalece?” – Carlota de Barcino-


INTERNET
Hemos incorporado datos de muchos artículos que no hemos citado para no cansar. Dichos artículos, en su inmensa mayoría fueron tomados de las siguientes páginas web:

www.aciprensa.com
www.arbil.org
www.arvo.net
www.bioeticaweb.com
www.courage-latino.org (Asociación de ayuda a los homosexuales)
www.dawnstefanowicz.com (Pág. de Dawn Stefanowicz para ayudar a la gente que tuvo que crecer en un ambiente gay. Su padre era gay)
www.esposibleelcambio.org (Grupo Juan Pablo II)
http//narth.com (Asoc.Nac. para la Investigación y Terapia de la Homosex)
www.interrogantes.net
www.ive.org (Instituto del Verbo Encarnado)
www.mujernueva.org
www.vidahumana.org


viernes, 19 de septiembre de 2008

APARICIONES MARIANAS

LAS APARICIONES MARIANAS

R.P. Brian Moore

I. VISIONES, LOCUCIONES, REVELACIONES
II. EL APARICIONISMO
III. A QUIÉN COMPETE JUZGAR. VALOR DE SUS DECISIONES
IV. CRITERIOS DE DISCERNIMIENTO
V. REVELACIONES PRIVADAS - PROCESO CANÓNICO


INTRODUCCIÓN
En este artículo vamos a entrar en un terreno muy delicado, porque hace falta un gran discernimiento, una gran prudencia y, ciertamente, una gran humildad para no ser víctima de intereses “partidarios”. Pero si emprendemos esta labor es para cumplir con una de las cargas que nos ha impuesto el Divino Maestro: la de ser luz de las naciones. En efecto, si el sacerdote no habla cuando ve que los fieles andan descarriados, ¿cómo se lo podrá excusar de pecado? Creemos -nos parece evidente- que estos tiempos son tenebrosos, que reina una gran confusión en los espíritus. Y muchos fieles, ante tal situación no saben a quien recurrir, y creen en cualquier manifestación preternatural que parece venir del Cielo
El cardenal Alfredo Ottaviani dijo: “Asistimos desde hace años a un recrudecimiento de pasión popular hacia lo maravilloso, incluso en la religión. Muchedumbres de fieles se dirigen a los sitios de presuntas visiones y pretendidos prodigios, y abandonan, en cambio, la Iglesia, los sacramentos, la predicación”. (Oss. Rom., 4 de Feb. 1951, “Siate, o cristiani, a muover vi piu gravi”).
Nosotros no somos “iconoclastas”, pero sí queremos poner en guardia a nuestros fieles, respecto a la “realidad” de multitud de supuestas apariciones que se han dado y se siguen dando en todo el mundo. Según Dom Bernard Billet ha habido entre 1928-1975 unos 232 casos de “apariciones” que no han sido reconocidas por la Iglesia; según, la revista Der grosse Entschluss, de Viena, en el número de diciembre de 1951, en el período que va de 1931 a 1950, la Iglesia ha analizado 27 casos de supuestas apariciones de la Virgen. En 18 casos la Iglesia ha dado una resolución negativa (como por ej.: en el caso de Ezquiga, España); respecto a 7 casos aun no se ha pronunciado; y, finalmente, en dos casos, los obispos del lugar se han pronunciado favorablemente: Beauring y Banneux, ambas en Bélgica.
En estos últimos años han proliferado las supuestas apariciones en todo el mundo, y una de ellas se destaca entre todas: La “aparición” de Medjugorge.
Nosotros trataremos pues, de clarificar, un tanto siquiera, cuál ha sido siempre la doctrina de la Iglesia respecto a las apariciones. Ello en base a la Sagrada Escritura, al Magisterio y a la Teología, únicos capaces de darnos criterios seguros para nuestro análisis de las apariciones presentes o por venir. Que Nuestra Señora de Fátima nos ilumine, puesto que este humilde artículo lo hemos redactado especialmente en su honor. Nosotros sabemos que finalmente su Corazón Inmaculado triunfará.












I
VISIONES, LOCUCIONES, REVELACIONES.
En primer lugar hablaremos de los fenómenos místicos de orden cognoscitivo que se relacionan con nuestra materia.
1. Visiones
Como se verá por la clasificación que sigue, en Teología mística se toma el término “visión” en sentido amplio.
A. Visión corporal
La vista percibe una realidad naturalmente invisible para el hombre; se trata entonces de una forma exterior sensible o luminosa. Es lo que tiene lugar en las apariciones.
¿Cómo se produce esta visión? De dos maneras puede tener lugar: a) por la presencia verdadera de un cuerpo que impresiona la retina; b) por un agente externo que opera sobre el órgano de la visión para producir en él la misma especie impresa que produciría la presencia verdadera del objeto.
Los videntes ven realmente a Nuestro Señor o a María Santísima? No parece ocurra en la mayoría de los casos, sino por excepción. Es decir, que no tendría lugar una presencia corporal de Nuestro Señor o Nuestra Señora sino una representación por ministerio de los ángeles. La razón estriba en que es metafísicamente imposible que un cuerpo esté "circunscriptive”, en dos lugares a la vez; por lo tanto, para aparecer corporalmente en la tierra, tendrían que dejar el Cielo, lo que no es conveniente. Pero por excepción puede darse ese tipo de aparición, como cree Santo Tomás de Aquino, fue el caso de San Pablo. Escuchemos al Ángel de las escuelas: “Cristo, una vez que subió al cielo, alcanzó para sí y para nosotros el derecho perpetuo y la dignidad de la morada celeste. Pero en nada deroga a esta dignidad si por especial dispensación desciende corporalmente alguna vez a la tierra, o para manifestarse a todos, como en el juicio, o para mostrarse a alguno en particular, como a San Pablo, según se cuenta en los Actos. Y por que no vaya a creer alguno que esto sucedió sin hallarse Cristo corporalmente presente, sino por una aparición cualquiera, el Apóstol dice, para confirmar la fe en la resurrección: “Últimamente, como a un abortivo, se me apareció también a mí” (1 Cor. 15,8). Sin duda que esta visión no probaría la verdad de la resurrección si el mismo cuerpo real de Cristo no hubiese sido visto por el Apóstol”. (III, a.57, a.6 ad.3).

B. -Visión imaginaria
Aquí ya no hablaremos de los sentido externos, sino del sentido interno de la imaginación. Este una representación sensible enteramente circunscripta a la imaginación; se presenta inesperadamente al espíritu con tanta o más vivacidad y claridad que las mismas realidades físicas exteriores.
¿Cómo se produce?:
a) Por la representación o excitación de las especies o imágenes que tenemos ya recibidas por los sentidos.
b) Por combinación sobrenatural o preternatural de esas mismas especies adquiridas y conservadas en la imaginación;
c) Por nuevas imágenes infusas.
El demonio puede producir la visión imaginaria de los dos primeros modos, pero no por nuevas especies infusas.
C. Visión intelectual
Aquí ya no hablaremos ni de los sentidos internos, ni de los externos, sino a una de las potencias, es decir potencial del alma- intelecto. Del Alma, la inteligencia.
Esta visión Intelectual es un conocimiento sobrenatural que se produce por una simple vista de la inteligencia, sin impresión o imagen sensible.
Es una visión súbita, inmediata, maravillosa, que no tiene nada de la lentitud o torpeza propia de nuestro razonar. Y ello es lógico porque Dios es causa directa de esta visión, no se hace por medio de los ángeles. Es decir, que Dios actúa directamente en el espíritu del visionario.
Por lo mismo, con frecuencia el objeto de la visión intelectual es inefable; el alma beneficiada no sabe, no puede, describir su experiencia (11 Cor. 12,4). Por todo lo dicho, es evidente la superioridad de este tipo de visión sobre las antes nombradas.
Estas tres clases de visiones pueden darse por separado o combinadas. Tomemos el ejemplo de San Pablo, camino a Damasco (Act. 9): vio con sus ojos la luz resplandeciente (v.corp.); se presentaron a su imaginación los rasgos de Ananías (v.imag.) y captó por su inteligencia lo que Dios quería de él (v. int.).

2. Locuciones
Muchas veces acompañan las apariciones, por eso nos interesa hablar de ellas. Aquí también hay que tomar el término en sentido analógico:
A. Locución Auricular
La que es percibido por el oído. Son vibraciones acústicas formadas en el aire por los ángeles (o demonios). Estas palabras parecen salir de la visión corporal, de una imagen sagrada, etc.
Hay muchos casos de estas locuciones en la Sagrada Escritura y en la vida de los santos. Destacamos que los ángeles no tienen forma corporal alguna, porque son espíritus puros, ni tampoco se comunican con el lenguaje humano.
B. Locución imaginaria
No se perciben con el oído, sino con la imaginación, pero no por propia industria humana, sino por un agente externo; además no pueden dejar de percibiese aunque el alma las rechace.
C. Locución intelectual
La que tiene lugar directamente en el intelecto. No solamente que no interviene el sentido de la audición, pero ni la imaginación. Son similares a las visiones intelectuales, y son también producidas directamente por Dios.
San Juan de la Cruz, distingue tres clases (Sub. al Mte.Carmelo H, 28,2):
a. Sucesivas: el Espíritu Santo va instruyendo al alma a manera de razonamientos sucesivos; es decir que hay una acción conjunta del Espíritu que inspira y conduce, y del alma que discurre y razona.
b. Formales: son las que se perciben en el entendimiento como viniendo claramente de otro, sin poner uno nada de su parte, estando recogido o distraído, a diferencia de las sucesivas que siempre se refieren a lo que el espíritu estaba considerando.
c. Substanciales: son las mismas formales, pero con eficacia soberana para producir en el alma lo que significan. Por ej. si Dios dice al alma “tranquilízate”, instantáneamente ello ocurre, aunque antes hubiera tenido lugar una tempestad en el alma del sujeto. En este caso, el alma debe abandonarse enteramente a la operación divina (Subida 11,31).


3. Revelaciones
Los teólogos suelen distinguir entre revelación pública y revelación privada. Con la primera designan la Revelación que constituye el objeto de nuestra fe, la que está contenida en la Tradición y la Sagrada Escritura. Todo católico debe creer en ella so pena de dejar de serlo. No así en el caso de las revelaciones privadas, es decir las “extradogmáticas”, las que se han hecho a una o varias personas para utilidad personal, o, como muchas veces ocurre, para el bien general de la Iglesia.
Por lo dicho, vemos la ambigüedad de la terminología comúnmente empleada en esta materia. Queremos decir que “pública” puede ser, también, una revelación de las hechas después de la muerte de San Juan (momento en que se cerró la Revelación dogmática). Una revelación puede ser hecha a una o varias personas, para su bien personal o el de toda la Iglesia, como por ej. la revelación hecha a Santa Margarita de Alacoque de manera “privada”, que llevó a la instauración de una fiesta en honor del Sagrado Corazón en el culto “público”.
En todo caso, de estas revelaciones “privadas”, que estudia la mística como fenómeno extraordinario, son de las que hablaremos en este artículo. Ellas acompañan habitualmente a las apariciones.

II
EL APARICIONISMO
En este campo de las manifestaciones sobrenaturales, pueden darse dos posturas opuestas, ambas malas. Se puede pecar por exceso: los que andan siempre tras lo maravilloso. sin preocuparse gran cosa de su santificación personal. También por defecto: los que tienen una actitud desdeñosa respecto a todo lo que es el ámbito de los fenómenos extraordinarios de la vida mística. Veamos un poco los dos casos, específicamente respecto al asunto que tenemos entre manos, las apariciones y revelaciones.
1. Los aparicionistas
A quienes tienen esta actitud de espíritu -que son muchos hoy en día-, debemos oponer las enseñanzas de la Sagrada Escritura, los principios de la Teología mística (especialmente San Juan de la Cruz y Sta. Teresa), y la historia de la Iglesia.

A. La Sagrada Escritura
“Carísimos, no creáis a todo espíritu, sino poned a prueba los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido al mundo” (I jn,4,1).
“Si entonces os dicen: “Ved al Cristo (=la Virgen) está aquí o allá", no lo creáis. Porque surgirán falsos cristos y falsos profetas, y harán cosas estupendas y prodigiosas hasta el punto de desviar si fuera posible, aún a los elegidos. Mirad que os lo he predicho” (Mt. 24, 23-25).
“... cuya aparición es obra de Satanás con todo poder y señales y prodigios de mentira y con toda seducción de iniquidad para los que han de perderse en retribución de no haber aceptado para su salvación el amor de la verdad” (II Test. 2,9-12).
“Y embaucó a los habitantes de la tierra con los prodigios que le fue dado hacer en presencia de la bestia diciendo a los moradores de la tierra que debían erigir una estatua a la bestia de modo que la bestia también hablase e hiciese quitar la vida a cuantos no adorasen la estatua de la bestia” (Ap. 13,13-14).
B. La teología mística
Evidentemente los maestros en esta materia son San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús. Respecto al primero, debemos decir que es bastante duro respecto a las almas que andan siempre tras lo preternatural (o sobrenatural). Nos limitaremos a dar sólo dos citas, pero se encontrará abundante materia en todo el libro II de la Subida al Monte Carmelo.
“Querer saber cosas por vía sobrenatural, por muy peor lo tengo que querer otros gustos espirituales en el sentido; porque yo no veo por donde el alma que las pretende deje de pecar, por lo menos venialmente, aunque más buenos fines tenga y más puesta esté en perfección, y quien se lo mandase y consintiese, también. Porque no hay necesidad de nada de eso, pues hay razón natural, y ley y doctrina evangélica, por donde muy bastantemente se puede regir, y no hay dificultad ni necesidad que no se pueda desatar y remediar por estos medios muy a gusto de Dios y provecho de las almas...”. Y al cerrar este párrafo el santo doctor nos pone en guardia respecto a las apariencias de veracidad de ciertas revelaciones “por cuanto el demonio dice muchas cosas verdaderas y por venir, y conformes a razón, para engañar”. (Sub. II, cap. XXI).


“Yo conocí una persona que teniendo estas locuciones sucesivas, entre algunas harto verdaderas y substanciales que formaba del Santísimo Sacramento de la Eucaristía había algunas que eran harto herejía. Y espántome yo mucho de lo que pasa en estos tiempos, y es que cualquier alma de por ahí, con cuatro maravedís de consideración, si siente algunas locuciones de éstas en algún recogimiento, luego lo bautizan todo por Dios, y suponen que es así, diciendo: Díjome Dios; respondióme Dios; y no será así, sino que, como hemos dicho, ellos las más veces se lo dicen”. (Sub.ll, 29, n.2).
La gran Teresa de Ahumada habla también en varios pasajes sobre las visiones y revelaciones, aunque en general no es tan dura como su hermano Juan de la Cruz. Pero siempre insiste en que el cristiano debe buscar al Dios de los consuelos y no los consuelos de Dios... Se puede leer con provecho, por ej. el cap. 28 de su Vida; el cap. 8 y 9 de las moradas sextas, etc. Nosotros daremos solo un ej. del libro de las Fundaciones (cap. 8): “Téngase aviso que la flaqueza natural es muy flaca, en especial en las mujeres, y en este camino de oración se muestra más, y así es menester que a cada cosita que se nos antoje, no pensemos luego es cosa de visión... A donde hay algo de melancolía, es menester mucho más aviso; porque cosas han venido a mí de estos antojos, que me han espantado es posible que tan verdaderamente les parezca ven lo que no ven”.
C. La historia de la Iglesia
A continuación narraremos dos casos que nos advierten de la prudencia que debemos usar siempre en lo que hace a manifestaciones extraordinarias y apariciones.
* El caso de Magdalena de la Cruz: Nació en 1487, en España; desde los 5 años tuvo apariciones de N.S. y de los santos (aparentemente). Fue curada milagrosamente, transportada de manera milagrosa a lugares lejanos. Desde los 12 años realiza milagros. En 1504, cuando tenía 17 años y gozaba ya de fama de santidad entra al convento de Córdoba. Venerada en toda España es elegida abadesa en 1533, y sucesivamente en 1536 y 1539. Muchos testimonios de la época acreditan sus “grandes virtudes” y sus dones místicos. Pero resulta que en 1542 las religiosas de su convento descubrieron que comía en secreto, cuando había aparentado vivir en ayuno. Y nos cuenta Llorente en su Historia crítica de la Inquisición (T.II) que a muchas personas les decía que el concubinato de sacerdotes y monjes no era pecado; que violar la ley de la abstinencia o el descanso dominical tampoco era falta. (Libro justamente criticado por su parcialidad, etc., pero aquí podemos pensar que es cierta esta historia ya que fue también testificada por Menéndez y Pelayo en Historia de los Heterodoxos).
Se advirtió entonces de todas estas cosas al superior provincial y a los confesores del convento, pero ellos no hicieron caso. Sin embargo, en el año 1543 se le efectuó un exorcismo y se le advirtió que estaba por morir. Entonces “la santa, la mística”, confesó que cuando tenía 5 años el demonio se le apareció bajo el aspecto de Cristo para anunciarla que ella sería una gran santa. Y cuando tenía 13 años -es decir que Magdalena ya se había inflamado de orgullo- se le apareció de nuevo para decirle esta vez que había sido él quien se le había aparecido en su niñez.
* Las falsas apariciones a raíz de Lourdes: Después de las apariciones de Nuestra Señora a santa Bernardita, hubo muchísimas falsas apariciones en Lourdes y en los pueblos de los alrededores. Esto lo atestigua, por ej., el hermano Léobard, director de las escuelas de Lourdes: “El diablo hizo surgir una infinidad de visionarios. Se los vio librarse a las más grandes extravagancias. ¿Veían ellos algo? Sí, y se está en todo el derecho de creer que muchos entre ellos vieron al espíritu malo, bajo diversas formas...”.
Monseñor Cristiani en un interesantísimo libro, Présence de Satan dans le monde moderne, nos dice al respecto:“Sea que se atribuya a la exaltación, a la imaginación, al contagio espiritual, las visiones que se unieron a las de Bernadette, es evidente que el demonio sacaba de ello provecho y que perfilaba una táctica: la de ahogar las que eran visiones auténticas y apariciones ciertas de la Virgen, bajo el flujo de imitaciones ridículas o barrocas, de las cuales una parte del público se alimentaba con frenesí, en Lourdes, mientras que los más sabios alzaban los hombros. Ahogar la verdad en la mentira era un procedimiento bien digno del demonio”. (Cap. II Les diableries de Lourdes, p. 59-9I, Ed. France-Empire,1960).
2. Los "espíritus fuertes"
"Si, sin embargo, el Señor, por alguna inspiración, hubiera revelado a algunos ciertos hechos futuros que tendrán lugar en la Iglesia de Dios, -como El mismo lo ha prometido por el profeta Amós, y según lo que el apóstol Pablo, príncipe de los predicadores afirma: “Spiritum nolite extinguere, prophetias nolite spernere (Am. 3,7-1 Tes. 5,19-20)-, no queremos confundirlos de manera alguna con la multitud de otros, que son contadores de fábulas y mentirosos, ni ponerles obstáculos de manera alguna..." (V Conc. de Letrán, sesión XI).
Si bien rechazamos el aparicionismo, no por eso nos alineamos con aquellos que tienen una actitud desdeñosa respecto de todos los fenómenos extraordinarios de la vida mística.
Suele escucharse: “yo no necesito de esas cosas para creer”; “lo importante es vivir el Evangelio"; “en última instancia, la Iglesia no nos obliga a creer en esas apariciones”.
Creemos que este es un argumento especioso. Ya veremos más detenidamente cuál es el valor de una aprobación oficial de la Iglesia de una aparición. Pero pensemos desde ya si es cristiano el permanecer indiferente a esas manifestaciones del Cielo, cuando han tenido tanto que ver con la vida de la Iglesia, sea para confirmar su dogma, sea para explicitación de su fe, sea para fortalecimiento de su vida espiritual; sea finalmente -y ello nos parece capital- para la instauración de alguna fiesta. Respecto a esto último tenemos el caso de la fiesta del Santísimo Sacramento establecida por el Papa Urbano IV, a raíz de las revelaciones de las cuales fue beneficiada santa Juliana de Mont-Cornillon. El acrecentamiento de la devoción a la Pasión y las llagas de Nuestro Señor, por la estigmatización de San Francisco de Asís. Se sabe que la fiesta del Sagrado Corazón es fruto de los coloquios amorosos que tuvo santa Margarita de Alacoque con Nuestro Señor.
Por otro lado, la aparición de Nuestra Señora en Lourdes confirmó la proclamación del dogma de su Inmaculada Concepción. Dos regalos de nuestra Madre se deben a sendas apariciones: el santo escapulario, a la que tuvo san Simón Stock; la medalla milagrosa, a la habida en la Rue du Bac. Y cómo desoír la Voz de Fátima cuando se nos ha hablado de cosas tan importantes como son la situación de crisis de la Iglesia, la situación del mundo, la salvación de las almas, etc. (Hablamos de Fátima, por ser reciente y por haber sido aprobada por la Iglesia; en ella se encuentran todos los signos de veracidad de una aparición sobrenatural).
A continuación, y para cerrar este tema, veremos cuál era el pensamiento del obispo de Tarbes, en su “Carta pastoral que contiene el juicio sobre la aparición que tuvo lugar en la gruta de Lourdes” (18 enero 1861):
“En todas las épocas de la humanidad, se han establecido maravillosas comunicaciones entre el Cielo y la tierra. Desde el origen del mundo Nuestro Dios se apareció a nuestros primeros padres, para reprocharles su crimen de desobediencia. En los siglos siguientes lo vemos conversar con los Patriarcas y los Profetas; y el Antiguo Testamento es la historia de las apariciones celestiales con las cuales fueron favorecidos los hijos de Israel.
Esos divinos favores no debían cesar con la ley mosaica; al contrario, debían ser bajo la ley de la gracia, más numerosos y deslumbrantes.
Desde la cuna de la Iglesia, en esos tiempos de sangrienta persecución, los cristianos recibían la visita de Jesucristo o de los ángeles que venían tanto a revelarles secretos del porvenir, como a librarlos de sus cadenas, o fortificarlos en los combates...
Esas manifestaciones sobrenaturales no fueron algo exclusivo de los primeros siglos de la Iglesia. La historia atestigua que se perpetuaron de edad en edad, para gloria de la Religión y educación de los fieles.
Entre las apariciones celestiales, ocupan un lugar destacado las de la Santísima Virgen, y ellas han sido para el mundo una fuente abundante de bendiciones. Recorriendo el universo católico, el viajero encuentra, a intervalos regulares, templos consagrados a la Madre de Dios; y muchos de esos monumentos deben su origen a la aparición de la Reina del Cielo”.

III
A QUIEN COMPETE JUZGAR.VALOR DE SUS DECISIONES
“... Por lo cual es un derecho y un deber del Magisterio de la Iglesia dar un juicio sobre la verdad y sobre la naturaleza de hechos o revelaciones que se dicen acontecidos por especial intervención divina. Es un deber de todos los hijos buenos de la Iglesia someterse a este juicio”. (Ottaviani,(17), p.193).
Según, pues el sabio cardenal, es a la Iglesia, maestra infalible, a quien compete juzgar. Pero más concretamente, al obispo de la diócesis donde el suceso tiene lugar. En efecto, los obispos son verdaderos maestros de la fe y verdaderos pastores, que no sólo han de guiar la grey a ellos confiada hacia los pastos de la fe, sino también vigilar para que no se infiltren errores o abusos en la devoción de los fieles y en las prácticas de piedad. (Cfr. Derecho canónico Pío-Benedictino: cánones 1326; 336,2; 1261,1, etc. y en el Nuevo Código de 1983: cánones 753, 392, 838.4). Y es justamente a los obispos que el Vaticano dirigió un documento en 1978 “Normas de la Sagrada Congregación de la Fe sobre cómo proceder al juzgar presuntas apariciones o revelaciones” (Cfr. (9)).
Fue el Concilio de Trento quien los hizo responsables directos de esta clase de cuestiones porque en el Concilio V de Letrán se exigía remitir la causa al Sumo Pontífice, salvo caso de necesidad:
“Y como ese género de cosas es de gran importancia -porque, según el Apóstol, no hay que creer fácilmente a todo espíritu, sino que hay que probar los espíritus para saber si son de Dios (l jn. 4,1)-, Nos queremos que las susodichas inspiraciones como regla habitual, antes de ser publicadas o predicadas al pueblo, sean de ahora en más sometidas al examen de la Sede Apostólica. Si no se pudiera proceder así sin que el retardo presentase un peligro, o bien si una necesidad imperiosa pareciera exigir otro proceder, en ese caso, respetando la misma disciplina, que el asunto sea notificado al Ordinario del lugar. Este, con la ayuda de tres o cuatro hombres doctos y serios, examinará diligentemente el asunto.
Hecho eso, cuando ellos consideren que es conveniente -respecto a los cuales Nos cargamos su conciencia- podrán conceder la autorización de publicar y predicar las revelaciones.
Si algunos tuvieran la audacia de cometer cualquier cosa contra las reglas dadas, además de las penas fijadas por el derecho contra tales delitos. Nos queremos que ellos incurran igualmente en la sentencia de excomunión de la cual no podrán ser absueltos sino solamente por el Romano Pontífice, excepto en el artículo de muerte. Y para que los demás no tengan la audacia de cometer, siguiendo su ejemplo, faltas similares, Nos decidimos que les sea prohibida para siempre la predicación” (7a).
Si hoy día existiera el mismo rigor disciplinar, pocos curas se atreverían a propagar con tanta ligereza las supuestas apariciones de la Virgen, que pululan por los cuatro rincones del mundo...
No existen fórmulas obligatorias para aprobar o desaprobar una aparición o revelación, pero sí hay algunas de uso común: “Constare de supernaturalitate apparitionum”, para decir que los hechos ocurridos no tienen explicación natural. O, al contrarío: “Constare apparitiones et revelaciones quovis supernaturali charactere penitus esse destitutas”, o, “constare de non supernaturalitate apparitionum”.
Pero, ¿qué busca la Iglesia con estas aprobaciones o desaprobaciones? No nos parece estar concordes los teólogos en este tema. Algunos, aseverando ciertos textos pontificios nos dicen: “cada uno es libre de creer o no creer en la aparición aprobada oficialmente por la Iglesia; otros dicen lo contrario, empeñando incluso la propia consciencia. Veamos algunos textos:
- Benedicto XIV (o.c.): “De todo lo cual se sigue que uno puede, conservando íntegra y salva la fe católica, no prestar asentimiento a dichas revelaciones y apartarse de ellas, con tal de que esto se haga sin destemplanzas indebidas, no sin razón, y sin llegar al desprecio”.
“¿Qué se ha de pensar de las revelaciones privadas aprobadas por la Santa Sede, como las de santa Hildegarda, santa Brígida, santa Catalina de Siena? Ya he dicho que ni es obligatorio ni posible prestarles un asentimiento de la fe católica”.
“... Es preciso saber que tal aprobación no significa otra cosa que el permiso para que, después de maduro examen, se publiquen para instrucción y utilidad de los fieles, pues a estas revelaciones, aprobadas en esta forma, aunque no se les deba ni se les pueda dar un asentimiento de fe católica, se les debe, sin embargo, un asentimiento de fe humana, conforme a las reglas de prudencia, según las cuales esas revelaciones son probables y piadosamente creíbles” (Cfr.(1)).
- San Pío X: “Cuando se trata de formar juicio acerca de las piadosas tradiciones conviene recordar que la Iglesia usa en esta materia de tal gran prudencia, que no permite que tales tradiciones se refieran por escrito, sino con giran cautela y hecha la declaración previa ordenada por Urbano VIII; y aunque esto se haga como se debe, la Iglesia no asegura la verdad del hecho, sino limitase a no prohibir creer al presente, salvo que falten argumentos de credibilidad. Enteramente lo mismo decretaba hace treinta años la Sagrada Congregación de Ritos (Decr. 2 mayo 1877): “Tales apariciones y revelaciones no han sido ni aprobadas ni reprobadas por la Sede Apostólica, la cual permite sólo que se crean piadosamente, con mera fe humana, según la tradición que dicen existir, aunque esté confirmada con testimonios y documentos idóneos. Quien esta regla siguiere, estará libre de todo temor, pues la devoción de cualquier aparición, en cuanto mira al hecho mismo y se llama “relativa”, contiene siempre implícita la condición de la verdad del hecho; mas en cuanto es “absoluta”, se funda siempre en la verdad, por cuanto se dirige a las mismas personas de los santos a quienes se venera” (Pascendi, AAS vol XL, p.649).
Relacionado con la materia que estamos tratando, pero sin referimos al peso de una aprobación eclesiástica, queremos transcribir aquí las palabras de un jesuita estudioso de esta cuestión: “¿Cuál es, pues, en último análisis, la autoridad de las revelaciones privadas? Tienen el valor del testimonio de la persona que las refiere, ni más ni menos.
Ahora bien, esta persona nunca es infalible; es pues, manifiesto que las cosas que ella atestigua nunca son absolutamente ciertas, salvo caso único de un milagro directamente realizado en favor de ese testimonio. En una palabra: las revelaciones privadas no tienen que una autoridad puramente humana y probable” ((19) p-61 y 62).
“Es por tanto, evidente que la aprobación de la Iglesia no es propiamente tal: significa que se puede creer con fe únicamente humana en las apariciones en cuanto que en ellas no aparece nada contra la fe y las costumbres y consta que son debidas a causas sobrenaturales. Naturalmente, la iglesia puede avanzar más; por ej., admitir que se constituya una fiesta litúrgica referida a una determinada aparición... Finalmente, es evidente que la aprobación, o mejor, permisión de la Iglesia, no garantiza de eventuales errores que se puedan infiltrar. Se ha constatado muchas veces que los privilegiados de Nuestra Señora han mezclado en el relato de las apariciones pensamientos propios, maneras propias de pensar o expresarse, que ellos de buena fe atribuían a Nuestra Señora misma.
No sería, por tanto, exacto pretender que la aprobación eclesiástica de una aparición mariana garantiza la autenticidad de todas las palabras de los videntes, como si hubiesen sido dictadas por María Santísima y referidas con perfecta exactitud. No se trata aquí de la Sagrada Escritura ni de inspiración divina” (M.Castellano, (5) p. 489-490).
Sin embargo, el mismo autor últimamente citado, nos dice que no hay esa libertad, cuando se trata del caso en que la Iglesia ha desaprobado, o no permitido la difusión de una revelación o aparición.
“Surge entonces el problema del valor que tienen los decretos de la competente autoridad eclesiástica (obispo, Santo Oficio) ¿son estos decretos meramente disciplinaras, que exigen exclusivamente una actitud externa, cualquiera que fuere el ánimo con que se obedece, o imponen también una actitud interior de conformidad? Hemos de advertir, ante todo, que quien obedece interiormente a la Iglesia respecto a determinadas apariciones expresamente reprobadas, no admite en su corazón que no sean sobrenaturales y, por consiguiente, está convencido de que en aquel caso la Iglesia se ha equivocado; su juicio es exacto, no el de la Iglesia, la cual -piensa él- ha juzgado precipitadamente, no bien informada, sugestionada, etc. Puesto que todas estas razones no son más que pretextos sin fundamento, y la realidad es la adhesión exclusiva al propio juicio, es evidente que todos los que siguen pertinaces en tal actitud son, por lo menos, temerarios... En realidad, los decretos con que la autoridad eclesiástica prohíbe devociones relacionadas con las pretendidas apariciones tocan en cierto modo la materia de la fe y las costumbres, y no son por consiguiente, meramente disciplinaras. De donde, de suyo, obligan también en el fuero interno, en conciencia”. (M. Cast. o.c. p.492-493).
Retornando pues toda la cuestión de la obligatoriedad de aceptar los decretos del obispo o de la Santa Sede, sobre una aparición o revelación determinada, podemos concluir que: cuando la Iglesia aprueba la aparición, no por ello está comprometiendo su infalibilidad, y uno es libre de creer o no (no de hacer público su disentimiento de lo que ha dicho la jerarquía); cuando -en cambio- la Iglesia desaprueba una aparición, se le debe sometimiento interno (Cfr. Nota 51, pp. 2 19 / 20 de M.Trinité (12).

IV
CRITERIOS DE DISCERNIMIENTO
¿Qué cosas analizará la Comisión constituida por el Obispo para estudiar la veracidad de una aparición; cuáles serán las pruebas de la sobrenaturalidad de dicha aparición? Podemos resumirlas en cuatro puntos:

l. El vidente
2. La visión
3. Circunstancias
4. Comprobación sobrenatural: los frutos y los milagros.

1. El vidente
Se lo debe estudiar desde un doble punto de vista: moral y psicofísico. Respecto a lo primero, no se excluye que Dios se sirva como vehículo para transmitir un mensaje del más grande pecador. Pero normalmente, nos lo enseña la historia, se trata de personas que viven santamente. Por ej. si el “vidente” es prepotente, indócil al obispo, busca aparecer ante las personas, etc., difícilmente sea mensajero del Cielo. Respecto a lo segundo: debe tratarse de una persona psíquicamente equilibrada. ”Esto es tanto más verdad cuanto que no son pocos los videntes de buena fe que consideran como apariciones marianas lo que no son más que ilusiones o alucinaciones suyas, productos de un estado morboso... Cualquier indicio de temperamento morboso o anormal, de sensibilidad demasiado acentuada o de imaginación excesivamente viva, de excesiva impresionabilidad y sugestionabilidad, de agudo sentimentalismo, deberá ser ponderado y valorado por médicos, peritos en la materia, y de evidente conciencia cristiana, para establecer el juicio que, desde el punto de vista patológico, deba darse del supuesto vidente. Son muchas las formas de histeria, y en general las psicopatías, que llevan, especialmente en las mujeres, a fenómenos inconscientes de alucinación o ilusión” (M.Cast. p. 482).
Otro punto importante respecto a la persona del vidente es su veracidad; la sencillez de su exposición, si no se contradice, etc. Y aquí debemos hacer dos anotaciones:
- Aunque se trate de una persona honesta, puede transmitir mal el mensaje por diversas causas.
“Acontece con mucha frecuencia en tales revelaciones que la actividad intelectual de quien las recibe, sus conocimientos naturales y hasta sus preocupaciones teológicas o científicas contribuyen poderosamente a la formación de ciertos detalles del cuadro, episodio o discurso revelado, alterando su verdadero sentido o introduciendo elementos humanos en mezcla con los divinos. Muchas veces estas alteraciones son debidas indudablemente a los editores y amanuenses o copistas. Y así acontece v.gr., que las revelaciones de santa Catalina de Siena, dominica, coinciden totalmente, casi siempre, con la doctrina de Santo Tomás y las de Sor María Jesús Agreda con las de Escoto”. (R. Marin (11) p.917).
Se sabe por ej., que Clemente Brentano corrigió y aumentó a su antojo las revelaciones de sor Ana Catalina Emmerick (Cfr. P. Winfried Huempfner, Coup d'oeil sur les publications relatives a A.C. Emerick, en la “Revue d'Ascetique et Mystique 1924, pp. 349-380. Se trata de un padre agustino que trabajó en el proceso de canonización de A.C. Emmerick).
“El hecho que una persona haya tenido revelaciones auténticas no garantiza que todo lo que ella crea verdadero lo sea. Las adulteraciones involuntarias son numerosísimas, y muchas veces imposible de descubrir. Porque el tránsito de vidente a visionario es muy fácil en ambos sentidos. Y el que ha sido favorecido por un don singular del cielo, puede pasar inadvertidamente, una y otra vez, en un misterioso zigzag de la realidad a la ilusión y de la ilusión a la realidad...” (Staehlin (20) p.86).
- El hecho que el visionario sea santo tampoco acredita que sus visiones o revelaciones sean ciertas. Así por ej., Poulin hace un catálogo con unos 32 casos de personas canonizadas o muertas en olor de santidad, caídas en error en las apariciones que creían haber visto y en los mensajes celestiales que creían haber recibido. Staehlin nos dice al respecto: “Recordamos también que, teóricamente, la heroicidad en virtudes no implica la autenticidad sobrenatural de ciertos fenómenos extraordinarios, y que, prácticamente, no pocas santas canonizadas tuvieron visiones, audiciones y revelaciones ciertamente ilusorias” ((20)p. 5).
Debemos también recordar, por último, que existen cuestiones de carácter psíquico que pueden deformar la realidad y hacer creer cosas que no se están produciendo. Estas cosas que a veces parecen milagros, apariciones, pueden tener explicaciones y razonamientos médicos.
Existen y se pueden producir procesos alucinatorios que pueden estar relacionados con ataques de epilepsia, con una insolación severa, con un brote psicótico o con una reacción histérica (neurosis de conversión); psicopatologías, estas últimas, en las que no sólo pueden y suelen oírse voces, sino también, particularmente en las neurosis de conversión, se dan casos en los que se emiten voces muchas veces irreconocibles ya que muchas veces se habla mediante sonidos guturales y/o ventriloquía involuntaria, que producen un gran impacto emocional en las personas crédulas que las oyen.
Por eso, solo se deben tomar como ciertas las aprobadas por la autoridad eclesiástica, y debemos rechazar y alejarnos de aquellas que la autoridad de la Iglesia sabiamente rechaza y condena. Si esto hacemos, nuestra fe nos conducirá a la presencia de Nuestro Señor.
2. La visión o revelación en sí
“Se debe considerar como absolutamente falsa toda aparición o visión que se halle en oposición evidente con las verdades especulativas de la fe, que ofenda a la moral o a la disciplina de la Iglesia; que contenga cualquier afirmación teológico o prédica contra la razón, que vaya abiertamente contra el buen sentido natural y cristiano” (Oddone (16) p.366).
En la cita anterior se resume lo que sostiene la Teología ascética-mística sobre este punto: el mensaje debe ser ortodoxo, debe ser útil, y razonable. Dios no puede contradecirse, ni manifestar cosas inútiles o pueriles.
“Pero, aun cuando nosotros mismos, o un ángel del cielo os predicase un Evangelio distinto del que os hemos anunciado, sea anatema” (Gal. 1,8).
“Si se levantara en medio de ti un profeta, o un soñador de sueños, que te anuncia una señal o un prodigio, aunque se cumpliere la señal o prodigio de que te habló, diciendo: “Vamos tras otros dioses, que tú no conoces, y sirvámoslos”, no escucharás las palabras de ese profeta, o de ese soñador de sueños porque os prueba Yahvé, vuestro Dios...” (Deut. 13,1-3).
Y Teresa de Ávila nos dice: “Y con este amor a la fe que infunde luego Dios, que es una fe viva, fuerte, siempre procura ir conforme a lo que tiene la Iglesia... que no le moverían cuantas revelaciones pueda imaginar -aunque viera abiertos los cielos- un punto de lo que tiene la Iglesia” (Vida, cap. 25, en la ed.BAC, cap. 12).
“Yo, aunque -como digo- me parecía imposible dejarse de hacer, de tal manera creo ser verdadera la revelación como no vaya contra lo que está en la Sagrada Escritura y contra las leyes de la Iglesia que somos obligadas a hacer...” (Cap. 32).
Las revelaciones que sin ir en contra de algo dogmático, tienen algo que va contra el sentir común de los teólogos son sospechosas. Lo mismo si se da como revelado lo que discuten libremente las escuelas.
- No puede darse por divina una revelación por el hecho de cumplirse en parte o en todo, porque podría ser efecto de la casualidad o de conocimientos naturales.
Dijimos que si existe algún error en la revelación es decisivamente falsa. Pero la contraria no se sigue: aunque el mensaje sea perfectamente ortodoxo, no necesariamente tiene origen divino.
Pero además de que el contenido de la aparición debe ser ortodoxo, no puede ser algo inútil o ridículo, que irían contra la Sabiduría divina.
“Pues se puede estar seguro que las revelaciones no son divinas cuando tienen simplemente por fin hacer conocer cosas vulgares que no tienen utilidad para el bien de las almas. Dios no actúa para satisfacer la curiosidad, sino solamente por un motivo grave. Hay que considerar pues, como “echadores de suertes”, a pesar de la pantomima religiosa que hagan, a esas personas que en nombre de algún espíritu celeste, responden a toda hora y a quien quiera sea, las consultas que se les hacen...” (Bourdier (3)p.34).
3. Las circunstancias (el cómo)
Es importante también considerar las circunstancias en que se da la aparición o revelación. Nos referimos al lugar; a la actividad que estaba desarrollando el vidente en el momento de la aparición; la forma en que se presenta Nuestra Señora o el santo, etc.
Si la memoria no nos traiciona -lo que nos hace con frecuencia- a santa Margarita M. de Alacoque se le apareció un día “Nuestro Señor”. Pero ella notó algo raro, y al echar agua bendita, la imagen desapareció...
De todas maneras, veamos que nos dicen los teólogos:
“Mientras que las visiones divinas, son siempre conformes a la gravedad, a la majestad de las cosas celestiales, las figuras diabólicas tienen infaliblemente alguna cosa indigna de Dios, algo de ridículo, extravagante, de desordenado o ilógico”. (Mons. Farges, Les phenomenes mystiques distingues de leurs contrefacons. Lethielleux, 1923, T. 11, p.24).
“La forma y la naturaleza de los fenómenos que se dicen sobrenaturales deben también servir como criterio para valorar los mismos fenómenos, teniendo presente que las obras de Dios son siempre perfectas. Si Nuestra Señora aparece, ninguna deformidad física o moral es admisible en su aspecto, en su actitud, en sus movimientos; su visión es tranquila, firme y segura. Si además Ella revela los secretos del corazón, cuando es imposible que los penetre la inteligencia humana; si manifiesta una ciencia o un poder superior a todo agente creado (comprendido el demonio), entonces no puede caber duda alguna: es ciertamente la Madre de Dios” (Castellano (5) p. 484).
Dos ejemplos claros de cómo las circunstancias condicen con el origen divino de la aparición son Lourdes (p. ej. la figura y gestos de la Virgen); y Fátima (véase las apariciones del ángel de Portugal).


4. Comprobación sobrenatural
Dos cuestiones sirven de signo cuando se trata de comprobar la sobrenaturalidad de un hecho: los frutos y los milagros.
A. Los frutos de la aparición
Este punto es fundamental, porque sabemos: “por sus frutos los reconoceréis”. Y esos buenos frutos se refieren tanto al vidente como al resto de los cristianos. La aparición o revelación tiene que dar lugar a un fortalecimiento de la fe, acrecentamiento de la esperanza y encendimiento de la caridad.
No sería imaginable un privilegiado del Cielo orgulloso y prepotente. Ni que los fieles realizasen prácticas inmorales, porque el “mensajero del Cielo”, así lo ordenó...
Pero ¡ojo!, el hecho que como fruto de la “aparición”, más gente rece el Rosario, ayune, que alguien vuelva a la Iglesia después de años de no practicar, etc. no implica necesariamente que se trate de algo sobrenatural. El demonio se viste de ángel de luz, y puede permitir un bien parcial para lograr perder a muchos. Esto está comprobado. El P. Poulin dice: “El demonio se parece a los jugadores que buscan engañar: comienzan por hacer ganar a sus contrincantes para hacerles perder luego diez veces más”. Debemos tener pues cuidado, con un entusiasmo precipitado frente a los “frutos” de una aparición. “Se reconoce a la Serpiente por su cola, es decir, por los resultados de su operación y por el fin al, que arrastra” (P.Llallement).
Estos buenos frutos se comprueban visiblemente en los pastorcitos de Fátima. En Francisco y Jacinta que murieron en olor de santidad, y en Lucía que ingresó a la vida religiosa.
B. El sello de Dios: el milagro
El milagro se considerará argumento de veracidad y sobrenaturalidad de la aparición o revelación, pero cuando estas tengan un fin social, no cuando se trate de algo destinado exclusivamente al bien del vidente (como leemos en las vidas de muchos santos). En ese caso sí el milagro desempeñará un rol similar al que tiene respecto de la Revelación dogmática: el de ser el sello, la firma de Dios (Cfr. lo que dice el Concilio Vaticano I respecto a las profecías y Milagros). Pero aún aquí hay que andar con pies de plomo, porque el demonio puede meter la cola. En efecto, él tiene un gran poder y puede realizar cosas que escapan completamente al poder de cualquier mortal. Por eso la Teología distingue entre “milagro” y “prodigio”. El primero tiene como causa a Dios, el segundo al Demonio. Y recordemos que la Sagrada Escritura nos alerta respecto del final de los tiempos, que muchos hombres serán engañados por esos pseudo-milagros de Satanás. Pero para que el milagro sea confirmación de Dios de la aparición, tiene que tener con ella una conexión indudable (aunque sea implícitamente). Por ej., el milagro del sol de Fátima fue anunciado con tres meses de anticipación y comprobado por más de 50.000 testigos (ocurrió el 13 oct. 1917).
Antes de pasar a exponer cómo se da normalmente el proceso canónico de indagación, queremos hacer notar dos cosas: primero, que por todo lo dicho se hace evidente que debemos ser prudentes, no adelantarnos al juicio de la Iglesia, que hombres más sabios que nosotros han caído en las trampas que les tendió el demonio; segundo, que todos los puntos enunciados deben darse en bloque: "Bonum ex integra causa, malum ex quocumque defectu" (Basta un pequeño defecto, para que una cosa no sea buena). Si alguna de las reglas no se cumplen, no puede tratarse de una manifestación sobrenatural aunque se den las demás.

V
REVELACIONES PRIVADASPROCESO CANÓNICO
“Normas sobre el modo de proceder en el juicio de presuntas apariciones y revelaciones”- Congregación para la doctrina de la Fe, 25-II-1978El texto fue enviado a los obispos “sub secreto”, pero se puede conocer esquemáticamente su contenido.1.El proceso debe seguir tres pasos:1)- Investigación preliminar acerca del presunto hecho sobrenatural según los criterios positivos y negativos propuestos en el documento2)- Si el examen fuera favorable, permitir algunas manifestaciones públicas de culto o devoción vigilándolas al mismo tiempo con gran prudencia3)- En base a los frutos espirituales, realizar el juicio sobre la veracidad y sobrenaturalidad de tales apariciones, visiones o revelaciones (Nota previa n.2)


2. Criterios positivos:a- Certeza moral o al menos gran probabilidad de la existencia de los presuntos hechosb- Circunstancias particulares sobre la existencia y naturaleza de los hechos:- cualidades personales del vidente: equilibrio psíquico; honestidad de vida; sinceridad y docilidad a la autoridad eclesiástica- ortodoxia del supuesto mensaje o aparición- frutos espirituales constantesLos criterios negativos son justamente todo lo opuesto a lo anterior, p.ej: desequilibrio sicológico del vidente; mentiras y contradicciones; heterodoxia; interés económico evidente, etc.3. Autoridad competente: a- La investigación preliminar la realiza el Ordinario del lugar donde han sucedido los presuntos hechos sobrenaturales.b- La Conferencia episcopal puede intervenir a pedido del Ordinario o con su consentimiento si los hechos superan el ámbito diocesano.c- La Santa Sede puede intervenir a pedido del Ordinario o de un grupo calificado de fieles. Por supuesto, toda vez que lo considere necesario, aun sin mediar la petición del obispo. (III, 1-3)
4. Cuando con ocasión de hechos presuntamente sobrenaturales, comience espontáneamente entre los fieles algún culto o devoción, la autoridad eclesiástica competente tiene el grave deber de informarse sin demora y diligentemente vigilar. A veces debe intervenir “motu proprio” para prevenir o corregir abusos. En los casos de dudas, cuando no haya peligro para el bien de la Iglesia, la autoridad puede abstenerse de todo juicio y acción directa (II.1-4)5. Los fieles pueden solicitar que se permita y promueva alguna forma de culto y devoción, previa evaluación de los hechos según los criterios antes mencionados.
Mario Castellano describía de la siguiente manera el proceso canónico antiguo, que es en definitiva igual al actual (pp. 486-488):
Apenas el Ordinario del lugar se ha informado de una pretendida aparición o visión mariana, debe ante todo indagar si la cosa puede tener o no alguna consistencia. Muchas veces se trata de hechos tan estúpidos o groseros, que no vale siquiera la pena de tomarlos en consideración: bastará entonces hacer avisar al párroco o a otro sacerdote designado que amoneste al pretendido vidente, para que desista de propagar sus pretendidas apariciones, y advertir prudentemente a los fieles si se presenta el caso para que no se dejen desviar. En suma, tomar las oportunas medidas para que las cosas vuelvan a quedarse tranquilas.
A veces puede ser también útil no hacer nada, mantener una actitud de absoluta indiferencia, y dejar de esta manera que los hechos sin consistencia caigan poco a poco en el olvido. La indiferencia y el silencio de la autoridad eclesiástica consiguen muchas veces que el entusiasmo por la pretendida aparición se extinga rápidamente; mientras que procedimientos drásticos contra uno u otro de los más fervientes propagadores de la nueva devoción, propagarían tal vez insensatas reacciones o rebeliones, que acabarían manteniendo abierta una cuestión que de otra manera se hubiese ahogado.
Si las pretendidas apariciones revisten cierto carácter de seriedad y conmueven a gran número de fieles, el obispo tome las oportunas informaciones, y apenas lo considere oportuno pase a la constitución de una Comisión diocesana para examinar y juzgar los hechos.
Contemporáneamente debe tomar disposiciones para que no se permita en manera alguna el culto público en relación con las apariciones (construcción de capillas, oraciones litúrgicas, etc.).
No es aconsejable que el que el clero les dé valor con intervenciones oficiales. A veces puede ser incluso aconsejable prohibir al clero que se acerque, aun en forma privada, al lugar de las supuestas apariciones.
La Comisión episcopal se compone ordinariamente de teólogos, canonistas y médicos; pueden agregarse a ella, en otros casos, peritos en otras ciencias. Es presidida por el mismo obispo o por un sacerdote, delegado por él, y debe establecer la manera de proceder a una cuidadosa investigación de los hechos, partiendo de las informaciones procuradas por el mismo obispo y regulándose por los criterios arriba expuestos.
Debe desarrollar esta Comisión un verdadero y estricto proceso canónico, usando también muchas solemnidades propias del proceso judicial o administrativo, como el juramento que han de prestar los miembros de la Comisión "de munere fideliter implendo et de secreto servando”, el juramento de cada uno de los testigos sobre decir la verdad (toda y solamente la verdad) y de guardar el secreto, la redacción por escrito de notario del proceso verbal de los interrogatorios y de las reuniones de la Comisión y su firma, etc. Especialmente de los cánones sobre las causas de beatificación de los siervos de Dios y canonización de los beatos (Derecho canónico Pío-Benedictino: cánones 1999 al 2141; y en el nuevo derecho canónico de 1983: canon 1403, y Apéndice III: Constitución Apostólica “Divinus perfectionis Magister), se podrán sacar preciosas ayudas sobre el procedimiento a seguir.
Ordinariamente la Comisión interroga a testigos oculares, y a los mismos pretendidos videntes en sesiones colegiales, en las cuales todos los miembros pueden hacer preguntas; toma información sobre los videntes; va al lugar de las supuestas apariciones, etc.
Muchas veces es ordenado el retiro de los videntes a una casa religiosa, donde puedan ser continuamente observados y mantenidos lejos de la curiosidad morbosa del público y de la influencia de eventuales interesados. A veces se ha descubierto la anomalía psíquica o la mistificación de los videntes poniendo a su lado a una persona de toda confianza e inteligente que los acompañe noche y día.
Si las apariciones continúan, la misma Comisión procure acudir a ellas y observar a los videntes durante los fenómenos.
En el caso de pretendidos milagros o curaciones milagrosas, examina cuidadosamente los hechos para admitir su sobrenaturalidad y la conexión con las apariencias. El estudio de las curaciones consideradas milagrosas debe ser muy cuidadoso y confiarse a médicos especializados, no hostiles a la Iglesia, pero no demasiado fáciles para admitir la intervención divina.
Sobre los interrogatorios de los testigos, y especialmente de los pretendidos videntes, han de hacerse, si es posible, de improviso, para evitar previos acuerdos. Se deben confrontar, durante la misma sesión, las contradicciones del interrogatorio consigo mismo y con los demás testigos; a los videntes se les deben oponer, además, todas las posibles objeciones.
Si los videntes son más de uno, se los convocará al mismo tiempo y se los interrogará separadamente, manteniéndolos a todos esperando en sitios distintos. Los interrogatorios del vidente o de los videntes deben casi siempre ser repetidos a distancia de tiempo y no raras veces ocurre que los falsarios acaban por confesar su ficción; mientras que sean sospechosos se debe insistir en los interrogatorios, haciéndolos cada vez más insistentes. La Comisión no debe tener prisa por terminar.
En cuanto a la decisión, la Comisión, cuando considere que tiene suficientes elementos para pronunciarse, discute colegialmente sobre los hechos y decide por mayoría de votos, sobre su carácter sobrenatural. El obispo puede también exigir de cada uno de los comisarios su voto escrito, que deberá en tal caso ser altamente motivado con datos teóricos y datos de hecho. El juicio de la Comisión puede ser aceptado o rechazado por el obispo, quien puede también, si tiene razones verdaderamente graves, publicar su sentencia disconforme de la propuesta de la Comisión. Pero ordinariamente el obispo publica la decisión de la Comisión, haciéndola suya, y tomando al mismo tiempo, las medidas del caso.
Si el obispo, vista la decisión de la Comisión, considera oportuno remitir al Santo Oficio todas las actas del proceso, para un juicio más seguro, puede libremente hacerlo. En tal caso, el Santo Oficio, o da instrucciones para una investigación complementaria, o comunica su juicio al obispo, para que él tome medidas, o publica él mismo su decisión, acompañándola de las oportunas providencias.
La enérgica formulación de ambos decretos y las drásticas medidas tomadas demuestran cuánto se preocupa la Iglesia por disipar lo más pronto y radicalmente posible todo influjo de pseudo-apariciones marianas o de otro tipo. En su sabiduría verdaderamente admirable, no condesciende con fáciles y aparentemente fructuosos entusiasmos suscitados por pretendidas apariciones de la bienaventurada Virgen; sino que, por el contrario, defiende celosa, tenaz y enérgicamente, el culto verdadero y la auténtica devoción. En esta materia procede justamente con una lentitud y meticulosidad del todo semejante a la que es propia de los procesos de beatificación y canonización.
La práctica canónica sobre las apariciones marianas no es, por consiguiente, un inútil y complicado aparato jurídico, sino un conjunto de reglas esenciales, indispensables, para garantizar al pueblo que cree, que espera y que ama, la pureza de la fe y de las costumbres, para alimentarlo con la verdadera devoción, para tutelar la verdadera gloria de María Santísima, Madre de Dios y Madre nuestra”.












BIBLIOGRAFÍA
*Bibliografía por las citas dadas en este artículo:
1. Benedicto XIV, De Beatif. et canoniz. SS, Lib. II, C.32; lb. III, c.51,3; c.53,15. Libro actualmente usado como manual para la causa de los Santos, aún a pesar de haber sido escrito antes de su elevación a la cátedra de Pedro en el : afirma que las apariciones muy frecuentes vienen del maligno.
2. Dom Bernard Billet, Le fait des apparitions non reconnues, en Vraies et fausses app. dans l' Elise, Lethielleux, 1976.
3. F. Bourdier, Discernnement des faux mystiqueset faux prophetes, 1974.
4. Card, Bona, De discret. spiritum.
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6. Colombo, Apparizioni e messaggi divini nella vita cristiana, en “La Scuola Cattolica”, 76 (1948).
7. Conciliorum oecumenicorum decreta: a) Concilium Lateranense V, sessio XI, Bologne 1973, pp. 634-636; b) Tridentinum, sessio XXV, De invo catione, veneratione et reliquiis sanctorum et sacras imaginibus, 4 dic. 1563, p. 776.
8. Mj. Congar, O.P. La credibilité des révélations privées, en Supplément a la Vie spirituelle, 1 oct. 1937, 44-48.
9. Faricy, Roberto, Sj. Sobre las apariciones de la Santísima Virgen, Rev. María Hoy, No. 25, Año V, 1988.
10. J. Gerson, De distinctione verarum visionum a falsis, Opera Omnia, T.I, París, 1606.
11. Royo Marín, OP. Teología de la perfección cristiana, BAC, 1968, pp.907-918.
12. Michel de la Trinité (hermano). Medjugorge en toute vérité, CRC, Saint Parres les Vaudes, 1991.
13. J.H. Nicolas, O.P. La foi et les signes, en Supplément de la 'Vie spirituelle' 15 mayo 1953.
14. A. Oddone, Sj. Apparizioni e visioni, en “La Civilta Cattolica” 99, 1948.
15. A. Ottaviani, Siate, o cristiana, a mouvervi piu gravi, en “Osservatore Romano”, 4 de febr. 1951.
16. A. Poulain, Sj. Des graces d'oraison, Traite de Théologie mystique, París, 1931.
17. Revue d'ascétique et de mystique. “Les révélations privées: quelques remarques théologiques, 1949, pp. 506-514.
18. Staehlin, Carlos María, Sj. Apariciones, Tipografía Americana, Caracas, 1949.
19. Toulemont, Sj. Les révélations privées, en “Etudes”, 1866, p.61-62.
20. Pío XI declara heroicas las virtudes de Gema Galgani: “ …Por el presente decreto, no no se profiere, sin embargo juicio alguno – cosa que nunca suele hacerse – acerca de los carismas preternaturales de la Sierva de Dios” (Sacra Congregatio Ritum . AAS. 24 (1932).