EL TEMPLARIO CATÓLICO
Esta es una página para difundir la Doctrina Católica. El nombre es redundante porque no existen templarios no católicos, pero dado que masones y delirantes de todos los colores han acaparado el nombre, se ha hecho necesario el adjetivo.
lunes, 6 de enero de 2020
TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN
Sus
raíces filosóficas
P. Brian Moore
Índice
1-
Introducción
2-
¿Cuándo y cómo nace la TL?
3- Algunos
representantes y entidades vinculadas a la TL
4-
Doctrina de la TL
5-
Fuentes de la TL
6-
Conclusión
1. Introducción
En el siglo XX el Demonio ha atacado a la Iglesia en
Hispanoamérica con dos cuernos: las sectas evangélicas, bajo el tutelaje del
capitalismo liberal y la Teología de la liberación, impulsada por el marxismo.
En ambos casos, el telón de fondo es el Modernismo que penetró en la Iglesia
poco a poco y que cristalizó en el Concilio Vaticano II. La corrupción
doctrinal y moral produjo el debilitamiento de los que tendrían que ser los
guardianes de la fe. Las ovejas se encontraron sin pastores; solo mercenarios, pusilánimes
o traidores. Claramente lo dice el P. Poradowski, especialista en el tema de la
teología de la liberación:
El momento
favorable para la infiltración marxista en la teología católica llegó durante
el Concilio Vaticano II cuando esta teología empezó a tolerar en su seno la así
llamada “nueva teología”, que concentra su atención en el hombre y no
en Dios. Además, el proceso de infiltración del marxismo en la teología
católica resulta, al mismo tiempo, facilitado por la influencia en el ambiente
católico del neoprotestantismo y del neomodernismo, reforzados también por el
progresismo. Una ayuda muy efectiva en favor del marxismo vino de parte del
ecumenismo, pues éste facilitó los contactos entre la teología católica y la
teología protestante ya marxistizada.[1]
Hablamos de Teología
de la liberación. Ahora bien, la teología estudia las realidades divinas.
Sus fuentes son la Sagradas Escrituras y la Tradición y como instrumento la
filosofía. No se puede hacer teología sin filosofía y la TL[2]
tiene una filosofía implícita, de la que vamos a hablar.
Teología: Según uno de los padres del engendro, Giulio Girardi, ex
salesiano, la TL “… es el intento de
replantear el conjunto de los problemas de la fe dentro de una perspectiva
revolucionaria. Por consiguiente, no es un nuevo capítulo de la teología, sino
una nueva teología sin más”[3]
Por su parte, afirma Leonardo Boff: “No
proponemos la teología en el marxismo, sino el marxismo en la teología”
(Jornal do Brasil, 6-IV-1980)
Al decir liberación se entiende que existe
cierta dependencia, esclavitud, alguna forma de opresión. Y básicamente se
trata de la ejercida por los ricos sobre los pobres; de los países poderosos
sobre los pequeños. Lenin dice en un opúsculo titulado El imperialismo, fase superior del capitalismo (1916) que hay
países que…
… desde un punto de vista formal, político, gozan de
independencia, pero que en realidad se hallan envueltos en las redes de la
dependencia financiera y diplomática. Una de estas formas, la semicolonia la
hemos indicado ya antes. Modelo de la otra forma es, por ejemplo, la Argentina”
“América del Sur y sobre todo la Argentina se halla en tal dependencia
financiera con respecto a Londres, que casi se la debe calificar de colonia
comercial inglesa.[4]
Enrique Dussel[5]
pasa revista al uso del término liberación:
con su base bíblica en Éxodo y San Lucas, en Hegel, en el marxismo original, en
el Frente de Liberación Nacional argelino, en Herbert Marcuse, en Sartre, en Paulo
Freire.
Para definir de alguna manera la TL
tomemos prestadas las palabras del mismo Gustavo Gutiérrez, considerado su
fundador: es una “reflexión teológica que
nace de la experiencia compartida del esfuerzo por la abolición de la actual
situación de injusticia y por la construcción de una sociedad distinta, más
libre y más humana”.[6]
Gustavo Gutiérrez
2. ¿Cuándo y cómo nace la TL?
2.1. Un hito fundamental es Medellín, en el año 1968, es
decir, la reunión del Episcopado Latinaomericano (CELAM = Consejo Episcopal
Latinoamericano) que tuvo lugar poco después del Concilio Vaticano II. Así lo
afirman dos de sus principales representantes[7]:
Segundo Galilea: “Podemos afirmar que la idea de liberación y
de teología de la liberación adquirieron su estatuto eclesiástico en la
conferencia de Medellín”[8]
H. Assman: “La explicitación de una teología la liberación comienza sobre todo
después de Medellín”[9]
O
sea que Medellín se explica a la luz del Concilio Vaticano II. De hecho, su
lema fue: “La Iglesia en la actual
transformación de la América Latina a la luz del Concilio” Por eso dice B.
Chenu que Medellín fue para Hispanoamérica lo que el Concilio para la Iglesia
universal.[10]
Según el cardenal Trujillo, Medellín fue manipulado.[11]
Se suele considerar como padre fundador a Gustavo Gutiérrez, sacerdote peruano (nacido en 1928), formado en
Lovaina entre 1951-1955: bachiller en filosofía y licenciado en psicología; en
la Facultad de Lyon: licenciado en teología. Al regresar a Perú: profesor de
teología y ciencias sociales en la Universidad Católica de Lima. También fue
designado como consiliario nacional de la Unión de estudiantes católicos. Directivo
de la revista progresista Concilium.
El punto de partida: la conferencia pronunciada en Perú
(en Chimbote) en julio de 1968 (publicada
como Hacia una teología de la liberación,
1969) y sobre todo su obra Teología de la
liberación. Perspectivas, de 1971. Gutiérrez considera que el documento Gaudium et Spes (Concilio Vaticano II) fue sobrepasado ampliamente por
Medellín con el análisis de la situación social, política y económica, en lo
que concierne particularmente al Tercer Mundo.[12]
2.3. Situación política. El Desarrollismo. El término liberación se opone al de dependencia. En los años 60 se postula la
necesidad de sacar de su pobreza a los países hispanoamericanos a través del desarrollo (doctrina del desarrollismo). En el magisterio se
habla de ello: Mater et Magistra y Populorum progressio. Kennedy forjó la Alianza para el progreso (1961) y se
comprometió a ayudar económicamente a Hispanoamérica. Pero fue asesinado y la
visión positiva de las cosas cambió. Ya no se creyó al discurso desarrollista
sino que se empezó a poner énfasis en el sometimiento. “Nos hemos dado cuenta –dice Assmann- que históricamente no somos pueblos en ‘vías de desarrollo’, sino
pueblos obligados al subdesarrollo, porque estamos dominados, lo cual es muy
diferente”[13]
Por eso el mismo autor afirma: “… la noción de ‘liberación’ es correlativa
a la de ‘dependencia’”[14]
Liberación y no simplemente libertad; el primero tiene un carácter dinámico, de
proceso, que no posee el segundo (esto dice Assman. Por eso Gutiérrez rechaza el gradualismo de
una política desarrollista; lo que hay que hacer es sublevarse contra el orden
establecido:
Únicamente una quiebra radical del presente estado de
cosas, una transformación profunda del sistema de propiedad, el acceso al poder
de la clase explotada, una revolución que rompa con esa dependencia, puede
permitir el paso a una sociedad distinta, a una sociedad socialista.[15]
2.4. ¿Invención de la KGB? En una entrevista de la Catholic News Agency (añ0 2015) al
antiguo general y jefe de la policía secreta comunista en Rumania, Ion Mihai Pacepa, éste afirmó que la TL fue una creación de la
KGB. Se habría creado en 1959. Esta información se la habría proporcionado el
general soviético Aleksandr Sakharovslky, que fue el jefe de espionaje, del PGU
(rama de la KGB para el exterior) En 1970 Pacepa desertó de la KGB y se fue a
vivir a EEUU
Un programa chino. En el año 1959
Pekín editó un folleto La Iglesia
Católica en Cuba. Un programa de acción. En él se dan directivas prácticas
de penetración en la Iglesia. Hay que hacerlo con mucha prudencia. Al comienzo
hay que permitir las celebraciones litúrgicas. El objetivo es lograr una
Iglesia nacional. La táctica: presentar al Vaticano como cómplice de los
enemigos de la nación…
Hay que considerar que más de la mitad de católicos vive
en Hispanoamérica. Para conquistarla hay que penetrar en el catolicismo.
3. Algunos representantes y entidades
vinculadas a la TL
3.1. Veamos algunos representantes destacados de la TL y
sólo algunas de sus obras más conocidas.
Hugo Assman, brasilero (nacido en 1933). Teología de la praxis de la liberación
(1973)
Leonardo Boff. Formado en Munich. Jesucristo liberador (1972);
Iglesia: carisma y poder (1982) El Vaticano le impuso silencio en 1985 y
fue privado de sus cargos.
y su hermano
Clodovis, quien afirma que en los escritos de Santo Tomás de Aquino se puede
ver un antecedente de la TL y que si viviera en el siglo XX hubiese hecho
teología bajo esta óptica
Cardenales Arns y Lorscherder; Mons. Helder Camara
Segundo Galilea (ya citado) Enrique Dussel[16],
Juan Luis Segundo (jesuita uruguayo), Gonzalo Galilea, José Miguez-Bonino,
Gonzalo Arroyo, etc.
Paulo Freire[17]
. Laico brasilero, nacido en 1921. Creador de la corriente de Educación liberadora. Obras: Pedagogía del oprimido (1970); Concientización. Teoría y práctica de la liberación, etc.
“Según
Dussel es Freire el importador del concepto de liberación para América en
sentido plenamente marxista: desde 1964 la concientización o toma de conciencia
revolucionaria de clase por parte del pueblo –la palabra clave de Freire- es
correlativa de la liberación revolucionaria”[18] También Comblin lo considera como un pionero: “Si hubiera que dar un patrono a ese movimiento
intelectual, convendría evocar a Pablo Freire, cuyos temas han influenciado
casi todo lo que sucedió en la Iglesia latinoamericana en los últimos quince
años”[19]
Fue
inspirador del documento sobre la Educación
Liberadora presentado en Medellín por el CELAM (1968)
3.2. Movimientos de sacerdotes marxistas[20]
Solo algunos ejemplos: En Argentina: Sacerdotes para el Tercer Mundo; Colombia: grupo Golconda; Chile: grupo Los ochenta; México: Movimiento de sacerdotes para el pueblo,
etc. También debemos citar al C.P.S. = Cristianos por el socialismo y las
comunidades de base Iglesia popular (CB /IP)
El
movimiento Pax.[21]
El cardenal Wyzsinki, primado de
Polonia denunció en 1963 al grupo Pax (que difundía las enseñanzas
conciliares), por trabajar para el PC polaco. Concretamente en dependencia de
la Policía secreta UB, a la vez bajo las órdenes de la KGB. También El Congreso Mundial de las Iglesias y
muchas otras agrupaciones de diversa índole.
3.3. Prensa y publicaciones
IDO-C. Centro
Internacional de Información y Documentación de la Iglesia Conciliar, que
tenía una comisión de 120 teólogos. Fruto de la fusión (en 1965) de dos
agencias que trabajaron en el Concilio (a partir de 1963): el CCCC (Centro de
Coordinación de las Comunicaciones sobre el Concilio) y el DOC, holandesa, pero
que traducía sus escritos en diversas lenguas. Al parecer esas dos centrales de
información fueron impulsadas por el citado movimiento PAX. El IDO-C tenía un
boletín que se difundía en distintos idiomas. Algunos miembros de la comisión
editorial escribían también en Concilium.
P.ej: Schillebeeck, Hans Küng y Charles David.[22]
Maryknoll.
Es una orden misionera fundada en 1911
en EEUU, que se llamó Sociedad Americana
para las Misiones Extranjeras. Pero que un momento determinado se empezaron
a corromper. La primera actividad subversiva tuvo lugar en Guatemala, al
parecer bajo el padrinazgo jesuítico: un grupo de sacerdotes y monjas, que
tuvieron que escaparse y terminaron casándose entre ellos.
Pero lo que nos interesa señalar sobre todo es su labor
de centro difusor de literatura de la TL. Novak dice: “El cuartel general
para la teología de la liberación en los Estados Unidos, y quizás en todo el
mundo, está situado cerca del Río Hudson en Maryknoll, N.Y., centro
internacional de la orden misionera más activa de Norteamérica, los padres y
hermanas de Maryknoll. En una reciente bibliografía de las teologías del Tercer
Mundo, 32 de los 82 títulos están publicados en la ‘Editorial Orbis’ de
Maryknoll.”[23]
(La editorial fue fundada en 1970)
Editorial Vozes, en Petrópolis, de Leonardo Boff. Con la
cual difundía toda su basura.
3.4. La “Pastoral”
El CELAM dirigía el DESAL (Centro para el Desarrollo
Económico y Social de A.L, 1961) y un centro similar en Santiago de Chile: el ILADES. También hay que citar al Instituto de Pastoral Latinoamericana. Tuvo
lugar la primera reunión sobre el tema en Puerto Rico, en 1964. Al año
siguiente en San Pablo, donde ya intervienen Segundo Galilea, director del
Instituto Pastoral Lat. del CELAM y Joseph Comblin, belga, profesor en la Univ.
Cat. de Santiago de Chile. También enseñó en Brasil y en Ecuador. “Es uno de los grandes promotores y
analistas de la teología de la liberación”.[24]
Leonardo Boff
4. Doctrina de la Teología de la
Liberación
Vamos a exponer algunos puntos
centrales de la TL en base al libro fundamental de Gutiérrez Teología de la Liberación[25]
y a la Instrucción del Vaticano (Ratzinger) Libertatis
Nuntius de 1984.[26]
4.1. Gutiérrez tiene una concepción marxista de la historia: “Concebir la historia como un proceso de liberación del hombre, es
percibir la libertad como conquista histórica” “Esto implica… una revolución
cultural permanente” (p. 62)
… Partiendo de estas primeras intuiciones, Marx irá construyendo un
conocimiento científico de la realidad histórica. Analizando la sociedad
capitalista en la que se da en concreto la explotación de unos hombres por
otros, de una clase social por otra, y señalando las vías de salida hacia una
etapa histórica en la que el hombre pueda vivir como tal, Marx forja categorías
que permiten la elaboración de una ciencia de la historia.
Tarea abierta, esta ciencia contribuye a que el hombre dé un paso más en la
senda del conocimiento crítico, al hacerlo
más consciente de los condicionamientos socioeconómicos de sus creaciones
ideológicas, y por tanto, más libre y lúcido frente a ellas. Pero, al mismo
tiempo le permite — si se deja atrás toda interpretación dogmática ymecanicista
de la historia — un mayor dominio y racionlidad de su iniciativa histórica.
Iniciativa que debe asegurar el paso del modo de producción capitalista al modo
de producción socialista, es decir, que debe orientarse haciauna sociedad en la
que dominada la naturaleza, creadas las condiciones de una producción
socializada de la riqueza, suprimida
la apropiación privada de la plusvalía, establecido el socialismo, el hombre
pueda comenzar a vivir libre y humanamente. humanamente.[27]
El hombre
nuevo. Gutiérrez habla de “… la
conquista de nuevos modos, cualitativamente diversos, de ser hombre” La
diferencia –respecto al marxismo- estaría dada porque se busca la liberación
integral del hombre, no solo la económica: el plano socio-político; el
antropológico-filosófico y el teológico.
Al término liberación se le asignan tres niveles de significado:
liberación política de los pueblos y de los sectores sociales oprimidos;
liberación del hombre en el curso de la historia; liberación del pecado, raíz
de todo mal… (Assmann)[28]
El
análisis desde la óptica marxista. Sobre
este punto nos ilustra la Instrucción.
La forma de analizar la realidad es la propia de la dialéctica marxista: “… se sirven… de instrumentos… de una inspiración
ideológica incompatible con la fe cristiana…”; “… conceptos tomados de diversas
corrientes del pensamiento marxista” (Introducción). Más adelante: “Préstamos no criticados de la ideología
marxista y el recurso a las tesis de una hermenéutica bíblica dominada por el
racionalismo…”
Su razonamiento es el siguiente: una situación
intolerable y explosiva exige una acción eficaz que no puede esperar más. Una
acción eficaz supone un análisis científico de las causas estructurales de la
miseria. Ahora bien, el marxismo ha puesto a punto los instrumentos de tal
análisis. Basta pues aplicarlos a la situación del Tercer Mundo, y en especial
a la de América Latina (VII, 2)
En el número 4 dice que el término científico “ejerce una fascinación casi mítica…”
Pero hay que ver cuán científico es el método en realidad (no se puede analizar
los problemas sociales solamente a la luz de la economía…)
El ateísmo
y la visión inmanentista de la historia. “En esta concepción, la lucha de clases es el
motor de la historia. La historia llega a ser así una noción central. Se
afirmará que Dios se hace historia.”
De manera tal que “… se tiende a
identificar el Reino de Dios y su devenir con el movimiento de la liberación
humana…” La fe pasa a ser “fidelidad
a la historia…” “un mesianismo puramente temporal” (IX passim)
La
liberación no es la salvación. Los
partidarios hablan de la liberación política y económica. Pero para un
cristiano lo importante es la liberación del pecado. Para que haya justicia
entre los hombres tiene que haber primero justicia respecto a Dios: “Buscad el
Reino de Dios y su justicia…” En lenguaje bíblico justicia es equivalente a
santidad. Por lo tanto, si yo me santifico, eso se va a plasmar en los actos de
justicia y caridad en el seno de la sociedad. Como dice más adelante (IV, 15)
no se trata de derribar las estructuras sociales, económicas y políticas, sino
de cambiarlas poco a poco. En el mismo
sentido no se puede hablar de “pecado social” (IV, 14).
Un
concepto erróneo de la persona humana.
Recordemos que el ateísmo y la negación de la persona
humana, de su libertad y de sus derechos, están en el centro de la concepción
marxista. Esta contiene pues errores que amenazan directamente las verdades de
fe sobre el destino eterno de las personas.
El desconocimiento de la naturaleza espiritual de la
persona conduce a subordinarla a la colectividad… (VII, 9)
4.2. Primacía
de lo vivencial (de la praxis) sobre lo doctrinal. La ortopraxis
Es decir, se parte de la realidad social y luego se sacan
conclusiones. En la teología, con los datos de la Revelación y la filosofía se
analiza la vida del hombre. El método deductivo es el propio de las ciencias
superiores del espíritu: la metafísica y la teología. En ambos casos se parte de primeros principios indiscutibles.[29]
El método inductivo es totalmente lícito en el ámbito de las ciencias.
Esta desviación tiene su antecedente en Blondel, al cual
Gutiérrez cita, es decir en el Modernismo.
Blondel dice: “La abstracta y quimérica
adecuación del intelecto y la realidad es substituida por la investigación
metódica: adecuación de la mente a la vida”.[30]
(Vitalismo)
La TL es no teoría, sino praxis. Dice Gutiérrez que es “… reflexión crítica de la praxis histórica
a la luz de la fe” “La vida, la predicación y el compromiso
histórico de la Iglesia, serán para la inteligencia de la fe, un lugar
teológico privilegiado” O sea, no se trata de especulación que luego lleva
a la acción, sino vida que se hace doctrina. Assman dice que la verdad de una
premisa se comprueba cuando resulta eficaz en la liberación del hombre.[31]
“La verdadera ortodoxia es la ortopraxia”;
no hay que “decir la verdad”, sino hacer
la verdad”
La
sociología desplaza a la teología.
Para ello no se utiliza solo la filosofía, sino también las ciencias sociales: “(L)a razón tiene, hoy en particular, muchas
otras manifestaciones además de la filosófica. La inteligencia de la fe
comienza a hacerse también, en nuestros días, siguiendo pistas inéditas: las
ciencias sociales, psicológicas, biológicas”[32]
4.3. La
sumisión de la Iglesia al mundo
De la premisa anterior de la ortopraxis se deriva que es
imperativo de la Iglesia cambiar su antigua manera de considerar al mundo.
Gutiérrez distingue tres etapas en dicha relación Iglesia-mundo:
a- La agustiniana: La Iglesia como
maestra, a cuyo magisterio y directivas el mundo se debe someter
b- La Nueva Cristiandad de Maritain. Es un avance porque sostiene la
autonomía del orden civil respecto del religioso. Pero se queda a medio camino.
c- La qué postula él: la Iglesia
debe someterse a los dictados del mundo: “…
la Iglesia es vista a partir del mundo” (p. 100)
Ahí
aquí un aspecto de la liberación: liberación de la jerarquía opresora. “El hombre latinoamericano … en la lucha
revolucionaria se libera de una manera u otra del tutelaje de una religión
alienante que tiende a la conservación del orden” (p. 101)
4.4. La
negación del orden sobrenatural
En el cap. V afirma: “(L)
as distinciones temporal-espiritual, sagrado-profano, tienen como fundamento la
distinción natural-sobrenatural. Pero, precisamente, la evolución teológica de
esta última cuestión se orienta en la línea de una acentuación de la unidad
tendiente a eliminar todo dualismo” (p. 102)
SALVACIÓN. Por eso la salvación
(plano sobrenatural) va a ser reemplazada por la liberación (plano natural: lo
socio-económico).
IGLESIA. La Iglesia es transformada en una sociedad
meramente humana y terrenal. Cristo es un liberador político.
Además, la Iglesia se hace extensiva a todos los hombres:
“cristiandad anónima”, de la cual
hablan los progresistas que Gutiérrez cita. Toda la humanidad es templo de
Dios. No existe distinción entre sagrado y profano (p. 249-250)
PECADO. El pecado consiste en no apoyar la lucha de los
oprimidos. “El pecado exige una
liberación radical, pero ésta incluye necesariamente una liberación política”
(p. 237)
CARIDAD FRATERNA. Amar al hombre como tal, “… y no como dice esa bien intencionada pero
ambigua y maltratada expresión ‘por amor a Dios’” (p. 264)
4.5. La
lucha de clases. La obligación para los cristianos de la lucha revolucionaria
“Todo
intento de evasión de lucha contra la alienación y la violencia del poderoso y
por un mundo más humano y más justo es la más grande infidelidad a Dios”
(p. 352) “Cuando la Iglesia rechaza la
lucha de clases se está comportando objetivamente como una pieza del sistema
operante” (p. 356)
El
capitalista es un enemigo. Veamos
la peculiar interpretación que hace Gutiérrez del mandato divino de amar a los
enemigos:
Hoy en el contexto de la lucha de clases, amar a los
enemigos supone reconocer y aceptar que se tiene enemigos de clase y que hay
que combatirlos...; el amor no suprime la calidad de enemigos que poseen los
opresores, ni la radicalidad del combate contra ellos. El amor a los enemigos
lejos de suavizar las tensiones, resulta así cuestionando el sistema y se convierte
en una fórmula subversiva (p. 357-358)
La
violencia como medio de liberación
de los pobres. La Instrucción señala
el “… recurso sistemático a la
violencia…” (II, 2 y 3) “La ley fundamental de la historia que es la
ley de la lucha de clases implica que la sociedad está fundada sobre la
violencia. A la violencia que constituye la relación de dominación de los ricos
sobre los pobres deberá responder la contra-violencia revolucionaria mediante
la cual se invertirá esta relación” (VIII, 6)
Esta lucha de clases se traslada al interior de la
Iglesia: laicos (sometidos) contra jerarquía (opresores). P.ej., L. Boff dice: “La desigualdad estructural producida por la
detención de los medios de producción simbólica por parte de un grupo, origina
una situación de permanente conflicto con los derechos humanos”[33]
Una
concepción revolucionaria de la Iglesia. Iglesia del pueblo. Es decir, una Iglesia contraria a la jerarquía, que se
autogobierna y autoenseña: “… una Iglesia
de clase, la Iglesia del pueblo oprimido que hay que ‘concientizar’ en vista de
la lucha liberadora organizada” (IX, 12; Cf. 11-13)
4.6. Interpretación
racionalista y política de las Sagradas Escrituras (Instr. X, 5-8) En primer lugar porque se distingue al Jesús histórico del Jesús de la fe…Jesús es visto como un liberador temporal, un Mesías
terreno y por eso “se da una
interpretación (exclusivamente) política de la muerte de Cristo” (12)
En general podemos decir que se utiliza la expresión Reino
de Dios en sentido inmanentista, de un mesianismo temporal
(secularización). Ejemplos: el Éxodo “… en cuanto que es liberación de la
esclavitud política”. El Magnificat.[34]
Se presenta a la Virgen como una guerrillera. Se hace hincapié en la frase “derribó a los poderosos de sus tronos”.
Para L. Boff la forma tradicional de encarar la devoción a María es fruto de la
“instrumentalización del cristianismo”
por la burguesía.[35]
Latinoamérica vive en estado de opresión, de cautividad y por eso “… la imagen de María, profetisa y
liberadora, emerge de la lectura teológica hecha en el trasfondo de nuestra
situación”
Para
Boff María se siente oprimida por su humildad y su virginidad. “La virginidad –dice el franciscano-
equivalía para el judaísmo a esterilidad”
Por eso dice la Instrucción: “… se conservan literalmente las fórmulas de la fe, (en particular de
Calcedonia), pero se le atribuye una nueva significación, lo cual es una
negación de la fe Iglesia.” (9) En definitiva, nada queda en pie: se
desconoce la Tradición; se tergiversa el sentido de la S.E.; se desprecia el
Magisterio: “La doctrina social de la
Iglesia es rechazada con desdén” (4)
4.7. La
secularización de la LITURGIA. La santa
Misa pasa a ser una comida fraternal del pueblo que celebra su liberación. “Se convierte en celebración del pueblo
que lucha” “La Eucaristía llega a ser así Eucaristía de clase” (16) (IX, 1,
8, 10) Por lo tanto, no hay que participar de la misma Misa a la que asiste la
oligarquía…
Carlos Marx
5. Fuentes de la Teología de la
liberación
5.1. El
marxismo
Dice R. de la Cierva:
“(L)a clave para el desenmascaramiento de la teología de la liberación es
demostrar su marxismo consubstancial”.[36]
De hecho Gutiérrez no lo oculta: “… el
marxismo, como marco formal de todo pensamiento filosófico de hoy, no es
superable”[37]
Esto lo toma de Gramsci y es la postura de Sartre. Assmann es categórico: “Yo soy marxista y no puedo ver la realidad
de la América Latina, en ninguna otra categoría” (Ginebra, Consejo Mundial
de las iglesias, 1974))
El socialismo que defiende Gutiérrez es el de J.C.
Mariátegui, adaptado a Hispanoamérica, pero que en definitiva es marxismo, como
el mismo Gutiérrez sostiene: “… fiel a
las intuiciones centrales de Marx” (p. 130) ¿Cuáles son esas intuiciones
centrales del marxismo?
Las
premisas del marxismo
La ciencia del marxismo es el materialismo histórico.
Creación propia de Marx. El materialismo histórico significa entender que la
clave de la historia debe buscarse en cómo los hombres a lo largo de los tiempos
producen bienes materiales, o sea, los procesos de producción y de intercambio.
En el Manifiesto dice: “La historia de
toda sociedad hasta nuestros días, es la historia de la lucha de clases”. Esta
premisa está inspirada en las hipótesis darwinianas, de las cuales Marx era un
gran admirador como lo declara en una carta a su amigo Engels. Incluso dice que
constituyen “la base científica” de
su sistema.[38]
O sea que Marx coloca al hombre al mismo nivel que los animales.
Se habla de socialismo
científico en contraposición al socialismo
utópico, ya que se interpreta que el marxismo tiene fundamento verificable.
Dice Engels en el Anti-Duhring respecto al análisis histórico de Marx: “Con eso el socialismo se convierte en una
ciencia que ahora se debe elaborar en todos sus detalles”
La filosofía del marxismo es el materialismo dialéctico.
Fue formulado por Engels, siguiendo a Marx. El postulado de la dialéctica está
tomado de Hegel: la tesis como afirmación; la antítesis como negación; la
síntesis como negación de la negación. La naturaleza es un inmenso proceso de
automoción. En lugar de un Dios que dirige la historia se ubica al antagonismo
que provoca la lucha de clases; se trata de un proceso sin fin, un devenir
perpetuo.
a-
El ateísmo y la guerra contra la religión. Carlos Marx y la izquierda
hegeliana, siguiendo a Feuerbach atacaron a la religión. Un primer paso en este
sentido es su obra: Introducción a la
crítica de la filosofía hegeliana del Derecho (1843).[39]
Allí dice:
La única liberación de Alemania que es prácticamente
posible se basa en el punto de vista de la teoría que proclama al hombre el ser
supremo para el hombre.
El fundamento de la crítica irreligiosa es que el hombre
hace la religión, la religión no hace al hombre. Y ciertamente, la religión es
la conciencia… La religión es la queja de la creatura en pena, el sentimiento
de un mundo sin corazón y el espíritu de un estado de cosas embrutecido. Es el
opio del pueblo
Lenin lo reafirma categóricamente en
su obra Actitud del partido obrero ante
la religión (1909):
… La base filosófica del marxismo, como declararon
repetidas veces Marx y Engels, es el materialismo dialéctico, que hizo suyas
plenamente las tradiciones históricas del materialismo del siglo XVIII en
Francia y de Feuerbach (primera mitad del siglo XIX) en Alemania, del
materialismo incondicionalmente ateo y decididamente hostil a toda religión.[40]
Lenin dice que la religión bloquea la capacidad de
rebelión frente a las injusticias: al pobre se lo promete una Paraíso
ultraterreno por sufrir con paciencia las miserias de esta vida; ese Paraíso lo
compartirá con el ricachón que le tira unas migajas de su mesa para dormir
tranquilo… Pero, dice Lenin, no hay que combatir la religión solo en el campo
doctrinal, sino a través de la lucha de clases: una vez que el obrero es
captado para ello termina perdiendo la fe… Por tanto, si un sacerdote se une a
la lucha marxista, no hay problema en admitirlo al Partido.[41]
b-
La primacía de la praxis. Marx dice en una de las tesis sobre Feuerbach: “Los filósofos no han hecho, hasta aquí, más
que interpretar diversamente el mundo. Se trata de cambiarlo” Por eso bajo
el impulso de Marx se fundó la Primera Internacional en la convención de St.
Martin’s Hall, en Londres, en 1864.
c-
El individuo es para el Estado. La dictadura del proletariado. La utopía
marxista es que el Estado en algún momento va a desaparecer y habrá una
sociedad sin clases. Pero mientras tanto tiene lugar el Estado totalitario, la
supuesta dictadura del proletariado, que sabemos en la práctica significa un
puñado de jefes del Partido.
d-
La única estructura social básica,
fundamental, es la económica; las demás son superestructuas (la familia, la religión, la cultura), que dependen
de la estructura. Con la victoria del proletariado desaparecerán esas
superstructuras. Estructura: “es una
totalidad articulada compuesta por un conjunto de relaciones internas y
estables que son las que determinan la función que cumplen los elementos dentro
de esta totalidad” (Marta Harnecker) Estructura económica: “es el conjunto de las relaciones de producción”. Así lo explica
Engels:
La idea fundamental de que está penetrado todo el
Manifiesto, a saber: que la producción económica y la estructura social, que de
ella se deriva necesariamente en cada época histórica, constituyen la base
sobre la cual descansa la historia política e intelectual de esa época;; que,
por tanto, toda la historia de la sociedad (desde la disolución del régimen
primitivo de propiedad comunal de la tierra) ha sido una historia de lucha de
clases, de lucha entre clases explotadoras y explotadas, dominantes y
dominadas, en las diferentes fases del desarrollo social; y que ahora esta
lucha ha llegado a una fase en que la clase explotada y oprimida (el
proletariado) no puede ya emanciparse de la clase que la explota y la oprime
(la burguesía), sin emancipar, al mismo tiempo y para siempre, a la sociedad
entera de la explotación, la opresión y la lucha de clases -, esta idea
fundamental pertenece única y exclusivamente a Marx” (Prefacio al Manifiesto,
edición alemana de 1883)
En este texto se ve claramente la idea del Mesianismo
talmúdico pero aplicado: el Mesías es el Pueblo de Israel que con su
sufrimiento libera a la Humanidad. Para Marx el proletariado al liberarse
libera y redime a la humanidad entera.
e-
La lucha de clases. En relación con lo anterior: la lucha por el dominio de
los medios de producción. La burguesía derrotó a la nobleza en el s.XVIII; en
el s. XIX el proletariado debe arrebatarle el poder a la burguesía, o lo que es
lo mismo, al capitalismo.
f- El
trabajo como factor único de valor de las cosas
g-
Supresión de la propiedad privada, de los medios de producción.
El P. Poradowski hace un análisis detallado de las
premisas marxistas y muestra su falsedad. Además, siguiendo a otros autores,
nos informa que la revolución rusa no tuvo lugar por la situación local, sino
que fue algo impuesto desde afuera, concretamente desde Alemania para debilitar
a Rusia. El gobierno alemán reclutó revolucionarios formados en Capri (Italia)
y en Longjumeau (Francia).[42]
5.2. El
progresismo europeo. Las teologías políticas.
Nos referimos a las teologías progresistas llamadas política, de la esperanza, de la
revolución.[43]
En 1972, en El Escorial, dijo Gutiérrez:
La fe comenzó a surgir como motivadora y justificadora de
un movimiento revolucionario. Así nacieron la teología de la revolución y la
teología de la violencia; elaboradas inicialmente por teólogos no
latinoamericanos, encontró caja de resonancia en cierta teología alemana y fue
traducida en América Latina”[44]
Mons. Antonio Quarraccino, era en 1986 presidente de la
CELAM y declaró en una revista española: “…
proviene de Europa la fundamentación teológica de la politización del mensaje
evangélico en algunas zonas de Iberoamérica. Incluso la denominada teología de
la liberación es deudora de ideas y autores europeos”[45]
Para el cardenal Trujillo hay dos europeos a tener muy en cuenta en la génesis
de la teología de la liberación: Giulio Girardi y Paul Blanquart, ambos muy
citados por Gutiérrez.
Paul
Blanquart: dominico francés,
profesor de de sociología en el Instituto Católico de París. Dirigente del
grupo Cristianos para el Movimiento
Revolucionario, dentro del marco de la Acción Católica Universitaria. Apoyó
a Allende en 1971. En Cuba, en una reunión de sacerdotes dijo: “… es posible ser, a la vez, marxista y
cristiano”
Giulio
Girardi: este salesiano es aún más importante. Ya citamos al comienzo unas
líneas de su obra Fe cristiana y
materialismo histórico. Fue expulsado del Ateneo salesiano en Roma, donde
daba clases y dejó la congregación. En la conferencia de Deusto (España, 1969)
propuso la teología de la liberación. La Iglesia debe estar en la lucha del
lado del proletariado; no es posible otra opción. Hay que acabar con la visión
clasista de Dios. “A esta visión clasista
de la Historia corresponde una visión clasista de Dios” Es decir, el Dios
que es Señor de la historia, monarca absoluto y represor…[46]
La
teología germánica (católicos y
protestantes)
Sin negar la importancia de los teólogos citados, parece
que el papel fundamental lo tienen ciertos teólogos alemanes. Así lo estima José
Gómez Caffarena: “La teología de la
liberación latinoamericana ha nacido también en gran parte de la teología
alemana”[47]
En Alemania misma se apoyaba la TL. Uno de los centros principales era Munster.
La agencia de noticias católica KNA la promovía.
También dos instituciones de beneficencia Misereor
y Adveniat. En Misereor dos
sacerdotes,, Wuboldt y Krauskopf eran apóstoles del liberacionismo. Y el
importante encuentro de El Escorial de 1972 para presentar y promover la TL fue
hecho con fondos de Adveniat.
Entre los exponentes citemos en primer lugar K. Barth, a
quien el P. Poradowski le da una importancia especial: “… parece que el primero y más importante lugar…”[48]
KARL BARTH. Pastor protestante suizo, el cual “… desde su juventud… siendo vicario de una parroquia protestante en
Ginebra (1909), mostraba una gran simpatía por el marxismo, tanto por su
doctrina como por su praxis revolucionaria” De hecho se afilió al partido
social-demócrata (= marxista) de Suiza en 1915. Participó de la reunión en
Zimmerwald (1915) en la que Lenin puso los fundamentos para la futura Tercera
Internacional. Tenía como premisa: “un verdadero cristiano tiene que ser
socialista y un verdadero socialista debería ser cristiano”. Una de sus
obras fundamentales es Reino de Dios en
la tierra.
Barth sostenía que había que abolir al Estado, porque el
Estado es de por sí opresor, es la “violencia
institucionalizada”. Dice: “Nosotros
combatimos el Estado de una manera radical y fundamental. El Estado actual no
puede ser mejorado. La violencia de la injusticia desde arriba debería ser
reemplazada por la violencia de la irrupción de la injusticia desde abajo…” En
realidad, el comunismo cuando llega al poder se olvida de los oprimidos… Muy
por el contrario, se transforma en tirano implacable[49]
Pero Barth era uno de aquellos ingenuos que según Lenin mismo sufre la “enfermedad infantil del radicalismo
izquierdista”. Como hacen los teólogos de la liberación tergiversa el
sentido de las Sagradas Escrituras e interpreta Rom. 8: “La Creación entera aguarda la revelación de los hijos de Dios…” como
la redención del proletariado.
Su
concepto de Dios. Dios es “el elemento explosivo de la revolución, es
la fuerza, la dinámica destructora de la revolución marxista…” (Así resume
Poradowski) Es decir, lo que le da sentido a la vida es la revolución, su
contenido. Esta idea absurda de la divinidad se deriva de las fuentes en las
que Barth bebió: filosofía kantiana y hegeliana. Afirma Poradowiski: “Casi todas las elucubraciones
seudoteológicas de los ‘teólogos’ marxistas de hoy día tienen sus raíces en
esta ‘teología’ marxista de Barth”. Los que identifican el Reino de Dios
con la implantación de la sociedad igualitaria proletaria y que hacen consistir
la caridad en la lucha armada.
Ricardo de la Cierva:
Tanto los rastreos –desde dentro- de Enrique Dussel, como
el testimonio –tan inmediato- del cardenal López Trujillo[50],
nos muestran que en vísperas de Medellín, actuaban ya, sin duda, los fermentos
europeos de la teología política y de la influencia marxista en los precursores
del liberacionismo, procedentes algunos de Europa, y formados otros en Europa”[51][52]
Y nos dice en detalle cuáles serían sus principales
representantes:
Las influencias de la teología progresista europea sobre
el pensamiento liberacionista iberoamericano, y sobre los simpatizantes
europeos y los liberacionistas, provienen de tres fuentes:
el filósofo marxista-humanista Bloch –quien a su vez es una intensa fuente de inspiración para la
teología progresista…-,
el teólogo protestante Moltmann, y
un
grupo de teólogos católicos en torno a Karl Rahner, S.J., cuyo discípulo
principal es J.B. Metz[53]
Karl Barth
Ernest Bloch. Vivió en EEUU.
Ejerció la docencia en Tubinga. K.
Rahner lo llama: “El teólogo más importante de nuestra época”[54] Una obra fundamental de su autoría es Principio Esperanza. Es un marxista que
echa mano de ciertas ideas cristianas o judías. Su ideal: la esperanza. Es
ateo. Dios es el ideal que el hombre se forja de sí mismo. Los jesuitas
españoles le dedicaron un libro: En favor
de Bloch. Madrid, Taurus, 1979
Jurgen Moltmann. Protestante. Teología
de la esperanza, 1969
Socialismo
democrático, siguiendo los pasos del neomarxismo de la escuela de Frankfurt
(Adorno, Habermas y Marcuse). Influenciado por Ernst Bloch. Dice Moltmann que los teólogos protestantes
hacen teología política después de haber vivido la experiencia traumática del
nazismo. “La fecha de la que muchos
parten es la confesión de culpas de nuestra Iglesia en Stuttgart en 1945”[55]
Juan Bautista Metz. Teología
del mundo, 1970 y Más allá de la religión burguesa. Discípulo
de Rahner, pero más radical. R. de la Cierva nos informa:
El cardenal López Trujillo cree que Metz se constituyó,
desde el principio, ‘en pieza clave para el apoyo, en su país, del
liberacionismo’ (Sillar, enero-marzo de 1985, p. 25), y atribuye el origen de
su influencia al libro Teología del mundo, de 1968, a través de la traducción
española de 1970 en la Editorial ‘Sígueme’, de Salamanca. España, fue, desde el
principio, el centro de resonancia para el liberacionismo[56]
Karl Rahner. Jesuita alemán. “…
la mayor influencia en Iberoamérica ha provenido, gracias al transplante
español y al contacto de formación de los propios teólogos iberoamericanos, de
los dos grandes promotores católicos de la teología política alemana: Karl
Rahner y su discípulo primordial, Johann Batist Metz” Él no es
liberacionista pero ha influido mucho por su giro antropológico en teología.
Así lo afirma Martín Seco: “Es evidente
que K. Rahner no es marxista. Sin embargo, su giro antropológico, su pretensión
de elaborar una teología antropocéntrica, ha influido notablemente en los
planteamientos de esta teología de la liberación”[57]
El P. Poradwoski señala que la teología moderna ha
desplazado el eje desde Dios hacia el hombre: “… si se trata de la teología católica contemporánea, no hay duda de
que el primer responsable de este cambio y, en consecuencia, de todos los males
por él producidos, es el teólogo alemán Karl Rahner”[58]
Esto está estudiado entre otros por el gran tomista Cornelio Fabro.
Rahner buscó aproximar la filosofía moderna
Kant-Hegel-Heidegger al tomismo. Utiliza a veces términos tomistas pero les da
otro sentido; presenta el tomismo con categorías kantianas. Al asumir una
visión existencialista –heidegeriano- se deriva el giro antropológico. Enfoca
su teología desde el punto de vista del cognoscente y se reduce entonces a
filosofía y ésta a antropología. Por eso la fe de un cristiano termina siendo,
según Rahner, “… la realidad sentida y experimentada por su propia vida” Con su
postura: “… abre las puertas a toda clase
de corrientes del pensamiento que presentan la religión como un fenómeno
exclusivamente humano…” Y ello le permite al marxismo confundir a los
cristianos con sus planteamientos.
Por eso dice Lakebrink: “… la obra de Karl Rahner destruye la metafísica tomista y deja en
crisis el pensamiento católico”; “… es más peligrosa y nefasta para la Iglesia
que el mismo comunismo”
Rudolf Bultamann. (1884-1976). Teólogo protestante. Discípulo de Harnack y
de Heidegger. Influyó mucho en G. Gutiérrez y Leonardo Boff. Para él hay que desmitificar la Sagrada
Escritura.
Karl Rahner
6. Conclusión
Hay algunos seguidores de la TL que se han declarado
abiertamente marxistas, en sentido pleno (p. ej. Assamann y Pablo Richard).
Pero otros piensan esquivar la condena al decir que abrazan el método o
análisis marxista, pero sin aceptar las bases doctrinales. El profesor Sierra
Bravo nos advierte que eso no es posible ya que “… el método marxista implica también la teoría marxista”; “… es
evidente que el marxismo es más que un método, y no se puede reducir a un
procedimiento general de investigación, pues incluye una concepción general del
mundo, de la vida y del pensamiento, es decir, una ontología, una teoría del
conocimiento, una ética y un política”[59]
Esto mismo dice la Instrucción en el n. VII, 6
Algunos autores afirman encontrar indicios de satanismo de Marx.[60]
Tal vez no lo logran demostrar de forma apodíctica. De lo que estamos seguros
es del carácter diabólico del marxismo, “intrínsecamente perverso”. Y que
ningún cristiano puede colaborar en manera alguna a su propagación porque
implica llevar la humanidad a la ruina. (Pío XI, Divini Redemptoris)
La Virgen de Fátima nos lo había advertido: “Rusia esparcirá sus errores”. Tal vez
los apóstoles de la TL hoy no se presentan de la misma manera que lo hacían en
los años 70; tal vez no levanten el fusil en alto. Pero no nos engañemos.
Siguen trabajando en las sombras y, a veces, abiertamente. El reconocimiento de
la Iglesia Nacional China no ayuda mucho a clarificar las ideas. Tampoco las
declaraciones demagógicas de distintos líderes latinoamericanos. La batalla no
ha terminado aún. De todas maneras, tenemos que combatir con firmeza, con gozo
y con esperanza, ya que Nuestra Madre nos ha prometido: “Mi Corazón Inmaculado triunfará”
P. Brian Moore
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[2]
Emplearemos la abreviatura TL:
Teología de la Liberación
[3] Giulio Girardi. Fe cristiana y materialismo histórico. Salamanca, Sígueme, 1978, p.
146 s.
[5] E. Dussel, Historia de la Iglesia en América Latina. Barcelona, Nova Terra,
1974, p. 348 s.
[6] Gustavo Gutiérrez, Teología de la Liberación. Salamanca, 1972, p. 15
[7] También G. Gutiérrez, idem, p. 175 ss. y
J. Comblin, FC, p. 124
[8] Segundo Galilea. La teología de la liberación después de Puebla. Santiago de Chile,
1979 (en la trad. It: p. 22)
[9] Hugo Assmann. Teología de la praxis de la liberación (trad. It. Assis, 1974, p.
19)
[10] B. Chenu. Teología cristiana del tercer mundo . Paris, 1987
[12] Cf. Nicolás Abbagnano. Historia de la filosofía. Barcelona,
Hora, 1996. Vol. IV, T. II, p. 728
[13] H. Assmann. “Hacia un discurso unitario sobre la teología de la liberación”, en
Religione oppio o strumento di liberazione?, Milán, 1972, p. 155-156
[14] H. Assmann, Teologia della prassi di liberazione, o.c., p. 19
[15] G. Gutiérrez, o.c., p. 52. Cf. p. 318
[16]
E. Dussel. Sobre la historia de la teología en América Latina, en Liberación y
cautiverio. México, 1976. Historia de
la Iglesia en América Latina. Barcelona, Nova Terra, 1974
[17]
Cf. “El marxismo en la pedagogía de
Paulo Freire”, en Mikael, Paraná, añor 4, n.13, 3er. cuatr., 1976, p. 15.
Estanilao Cantero. Paulo Freire y la
Educación Liberadora. Madrid, Speiro, 1975
[18]
Ricardo de la Cierva. Jesuitas, Iglesia y marxismo 1965-1985. La teología de la liberación desenmascarada.
1986.., p. 24
[19]
Revista chilena Mensaje, n. 253, p. 494
[20]
Cf. Carlos Sacheri.. La Iglesia
clandestina. Buenos Aires, Cruzamante, 1971
[21] R. de la Cierva, o.c., p. 394-395
[22] Para este tema Cf. John Eppstein. ¿Se ha vuelto loca la Iglesia Católica?.
Madrid, Guadarrama,
1973, p. 127-135
[24]
R. de la Cierva, o.c., p. 23
[25]
Gustavo Gutiérrez. . Teología de la
liberación. Salamanca, Sígueme, 1984
[26]
En una Instrucción posterior Libertatis conscientia, el Vaticano dio
algunas pistas para la elaboración de una teología referida a la liberación,
pero en el marco de la ortodoxia. Se puede consultar al respecto: Roger
Vekemans y Juan Cordero. Teología de la
Liberación. Dossier alrededor de la Libertatis Conscientia. Caracas,
Tripode, 1988
[27] G. Gutiérrez, o.c., p. 57-58
[28] H. Assmann. Teología…, o.c., p. 39. Cf. G.
Gutiérrez, Teología de la liberación, o.c. p.
[29]
Cf. Santo Tomás, Suma Teológica, I,
q. 1, art. 8
[31] H. Assman, o.c., p. 67-68
[32] G.Gutiérrez, o.c., p. 25
[33] L. Boff. Iglesia: carisma y poder. Santander, Sal Terrae, 1984, p. 83-85
[34] Cf. M. Poradowski. La mariología marxista de Leonardo Boff. Verbo 863-867
[35] Leonardo Boff. María, mujer profética y liberadora. La piedad mariana en la teología
de la liberación. En: Evangelización
en América Latina; Colección “en torno a Puebla”, n. 37, CLAR, Bogotá, 1978
[36] R. de la Cierva, o.c., p. 82
[37] G.Gutiérrez, o.c., p. 32
[38] Cf. H. Briones. El marxismo en sus fuentes. Santiago de Chile, 1972, p. 15
[39]
K. Marx. Anuarios franco – alemanes,
Obras de Marx y Engels, vol. 5.
Barcelona, Grijalbo-Crítica, 1978, p. 208 s.
[40] V.I. Lenin. Obras escogidas, vol. I.
Paris, Colección Ebro, 1972, p. 173 s.
[41] V.I. Lenin, o.c., p. 176 s
[42] P. M. Poradowski, Rev. Verbo, p. 1249 ss.
[43]
Hay muchas corrientes. Las enumera Manuel Alcalá en Théologies des liberations, Paris, 1985
[44] Cit. por R. de la Cierva, o.c., p. 25
[45] Cf. Ya, Madrid, 27 de diciembre de 1985
[46] G. Girardi, o.c, p. 146
[47]
K. Rahner y otros. Dios y la ciudad. Madrid, Cristiandad, 1975, p. 13 (Encuentro de
teólogos alemanes y españoles en 1974)
[48] Miguel Poradowski, Karl Barth, un teólogo marxista, p. 1237
[49] Ya Solzenitzyn en El archipiélago Gulag hablaba de 66 millones de víctimas
[50]
Dice López Trujillo: “La causa de tal variación provino también de la tendencia
de algunas corrientes europeas. En el
viejo mundo se avanzaba en la elaboración de las teologías política y de la
liberación, cuyas primeras traducciones nos invadieron meses después de finalizada
la Conferencia de Medellín. Detrás de los libros se sucedieron las visitas de
sus autores. Esto generaría una situación bastante nueva”. Y pone como ejemplos a Metz y Moltmann.
Aunque algunos liberacionistas dirán que los europeos forjan una teología no
comprometida, demasiado abstracta (Así p.ej., Asmann)
[51]
R. de la Cierva, o.c., p. 23
[52]
Para Assman: “… es imposible negar un
cierto influjo de estas teologías también sobre la ‘teología de la liberación’
latinoamericana” (Teol. della prassi.., o.c., p. 79)
[53]
R. de la Cierva, o.c., p. 62-63
[54]
Karl Rahner. Qué debemos creer todavía. Santander, Sal Terrae, 1980, p. 130
[56] R. de la Cierva, o.c., p. 71
[57] L.F. Mateo Seco. Teología de la liberación. Madrid, EMESA, 1981, p. 113
[58] M. Poradowski. Karl Rahner y la marxistización de la teología. Verbo 615-626
[59]
R. Sierra Bravo. El método marxista.
Madrid, Paraninfo, 1985, p. 47
[60]
Así el sacerdote rumano Richard Wurmbrand. Robert Payne en su obra El desconocido Karl Marx había
presentado ya en su biografía algunos textos del joven Marx: Oulanem y El Violinista. En El Vilonista: “Mira esta espada: me la vendió el
Príncipe de las Tinieblas, porque él marca el tiempo y traza los signos. Con
furia creciente toco la danza de la muerte…”
En una ocasión escribió: “He perdido el cielo, ahora con seguridad.
Mi alma una vez fiel a Dios ahora va seguramente directa al infierno”.
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